J. Y. / Ciudad Real
Cuando se cumplen seis años de la declaración del Parque Natural ‘Valle de Alcudia y Sierra Madrona’, ubicado al sur de la provincia de Ciudad Real, su junta rectora está inmersa en la elaboración de un nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (P.R.U.G.), cuyo borrador podría estar listo en unos meses.
Tras la suspensión del anterior proyecto por defecto de forma, el órgano de gestión, según su presidente, Alfonso Martín Grande, está trabajando para desarrollar el expediente que concluirá con la aprobación de dicho plan, tras la publicación en el DOCM de la resolución de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural para iniciar la participación pública del procedimiento.“Estamos en este proceso de trámites para empezar el borrador” que, en breve, analizarán las tres comisiones de trabajo recién creadas: la de Turismo y Desarrollo Rural, que ya se puso en marcha, y las de Montes y Aprovechamientos y La Dehesa, que esta misma semana han empezado a funcionar.
Martín Grande subraya la relevancia del documento, que recogerá las demandas de los sectores representados y que llevará al órgano rector a vertebrar medidas para proteger los recursos naturales del espacio y para regularizar su explotación turística y su desarrollo socioeconómico dentro del uso sostenible del entorno.
“Es un parque joven y ya hemos iniciado diversas actuaciones para que empiece a funcionar a nivel interno, y pronto habrá propuestas concretas”, apunta el máximo representante del parque natural, que indica que con un “recorrido pequeño” ya han vislumbrado la necesidad de realizar una planificación y promoción divulgativa del patrimonio natural y cultural de la zona.
No en vano, han proyectado el futuro Centro de Recepción de Visitantes, todavía sin ubicación.
Práctica ganadera
Entre los usos más destacados está la práctica ganadera, que cuenta con una gran tradición en esta comarca ciudarrealeña (no todo el Valle está dentro de los límites del parque natural), durante años con la trashumancia de la oveja merina, y posteriormente con el crecimiento de las poblaciones bovinas.
Urbano Herrero, portavoz de los ganaderos en la junta rectora, señala que la figura “ no nos ha beneficiado en nada”. Explica que la legislación es muy proteccionista y “para cualquier cambio en la actividad, tenemos que pedir permisos especiales para su autorización”, lo que provoca “grandes retrasos en los tiempos de tramitación de los expedientes”.
Por esta razón, reivindica que el nuevo emblema del parque “deba favorecer a todo el mundo vinculado a él”, es decir, al sector turístico y “a las personas que viven dentro”, como los pastores y vaqueros, ganaderos y agricultores. “También tenemos derecho a recibir beneficios” y a que, por ejemplo, “se investigue la plaga de langosta o la enfermedad de la seca” y, sin embargo, “lo único que hacen es limitarnos”. “Si estuviésemos fuera de los límites, podríamos contratar a una avioneta y fumigar en un par de días, pero está prohibido”, se queja.
Herrero reiterá la escasa valorada al papel de los ganaderos y agricultores en la conservación “gratuita” del parque natural ciudarrealeño, tal y como se ha venido haciendo en los últimos siglos.
Precisamente, este nivel de protección medioambiental espoleó, recuerda este ganadero con sendas explotaciones de ovino y bovino, el reconocimiento y la declaración de parque natural en Valle de Alcudia y Sierra Madrona.
El impacto ganadero es “incalculable”, por “el papel de control sostenible del entorno, la prevención de los incendios y la ligazón de la población a la zona”, defiende Por ello, “pedimos que al menos puntúe esta aportación para ser prioritarios a la hora de recibir subvenciones europeas”, plantea.