José Manuel Ortiz Gómez, enfermero del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha en Abenójar y fotógrafo de naturaleza, fue uno de los primeros en avistar el nacimiento de los dos pequeños búhos reales en la localidad. Desde que descubrió esta curiosa natalidad, ha estado siguiendo el proceso de cría de la pareja de búhos reales.
Él, al igual que otros compañeros del Centro de Salud y una gran parte de los vecinos, han ido comprobando día a día cómo esta pareja de búhos reales había decidido sacar adelante a sus dos pollos en plena población, ante la atenta y curiosa mirada de todos.
Ortiz ha señalado que el pasado 20 de marzo fue el primer día que pudo fotografiar a la hembra de búho en este improvisado nido, fecha en la que aún no tenía pollos.
Posteriormente, comenzaron a observar la eclosión de los dos huevos que había puesto la hembra y poco a poco, desde entonces, los pollos han ido creciendo con la alimentación que les aportaban los padres.
Durante la última semana, los pollos bien crecidos, permanecían solos en la repisa de la ventana, recibiendo comida de los padres únicamente durante la noche.
En todo este tiempo, ha dicho Ortiz, “los búhos han criado sin ningún tipo de recelo a la presencia humana”, e incluso, “superaron la prueba de la celebración de la romería de la Virgen de la Encarnación, permaneciendo impasibles ante los cohetes y la traca”.
A lo largo de todas estas semanas, visitar el nido de los búhos se ha convertido en “otra romería”, puesto que mucha gente acudía a verlos, e incluso, los profesores del colegio organizaban alguna salida con alumnos a observarlos.
La pareja de búhos reales no ha podido completar la cría de sus pollos, porque, como es habitual en este especie, los pollos decidieron el pasado domingo abandonar el nido y lanzarse al suelo, de donde fueron recogidos inmediatamente, para evitar que corriesen riesgos, por agentes medioambientales de Castilla-La Mancha que los trasladaron al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ‘El Chaparrillo” de Ciudad Real.
Elena Crespo, veterinaria que lleva al frente de este centro más de 19 años, ha explicado a Efe que los dos pollos de búhos reales se encuentran en perfecto estado tras ser atendidos.
Crespo ha afirmado que los ejemplares de esta especie que entran en el centro “no tienen problemas para salir adelante siendo criados por madres nodrizas que les ofrecen referencias, por lo que lo normal es que pasado el tiempo necesario para que completen su cría, estos puedan ser devueltos al medio natural”.
“Cuando los pollos se encuentren bien desarrollados, en septiembre o octubre, podrán ser liberados después de haber pasado por una fase de entrenamiento de caza y emprender así su nueva vida”, ha indicado.
Crespo ha recordado que es importante que la gente sepa que si se observan ejemplares de búhos reales en el medio natural no deben ser recogidos nunca, porque es habitual que las crías comiencen a explorar las inmediaciones del nido al poco de nacer.
Durante este tiempo, los padres, a pesar de no encontrarse en el nido, se encargan de alimentarlos, ya que realizan sus primeros vuelos cuando cuentan con unos 2 meses de edad y son alimentados por sus padres otro mes extra, hasta que abandonan el nido a los tres meses aproximadamente.
En el caso de Abenójar, ha advertido la veterinaria, “era necesario recogerlos y trasladarlos al centro de recuperación, puesto que se encontraban en una zona de riesgo al ser un núcleo urbano”, pero, ha insistido, “si se ven el campo, no hay que hacer nada con ellos, simplemente dejarlos, porque sus padres se encargarán del resto”.
El búho real es la más grande rapaz nocturna europea que normalmente nidifica en cortados naturales de altura variable, aunque cada vez es más frecuente verlo criar en otros sustratos diferentes como nidos de otras aves, taludes artificiales, infraestructuras humanas o incluso directamente en el suelo.