El parque nacional de Cabañeros, en los Montes de Toledo que separan las provincias de Ciudad Real y Toledo, ha recibido esta semana 11.873 visitantes, alrededor de un millar menos que el año pasado que fue una de las mejores (cayó en abril), pero superior a las visitas que se recibieron en ese periodo festivo en 2016.
La merma de público puede achacarse al tiempo frío e inestable, pero no es un mal dato si se tiene en cuenta que Cabañeros ha completado el segundo mejor inicio de año de la década. Entre el 1 de enero y el 31 de marzo 20.619 personas han visitado el parque, frente a las 16.752 de 2017. Sólo el primer trimestre del año 2016, con más de 24.000 visitantes supera a 2018 en afluencia de un público a un espacio natural que cada vez tiene más rutas y lugares de interés para hacer turismo al aire libre.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente este año las rutas de Los Navalucillos (Toledo) han sido las más visitadas (2.954) entre el 23 de marzo y el 1 de abril. En los centros de visitantes de Horcajo y Casa Palillos se han registrado alrededor de 1.800 visitantes y 1.635 a la ruta del Borquerón del Estena (Navas de Estena) mientras que en el área recreativa y centro de interpretación del embalse de la Torre de Abraham se han contabilizado 1.310 personas.
Un gran comienzo
Con estos buenos resultados del inicio de año (en 2017 el parque batió su récord de visitas anual con más de 112.600) se prevé una estupenda primavera en la que según explica el propio parque “las copiosas lluvias de este invierno hacen que los montes de Cabañeros tengan un intenso colorido con una amplia gama de verdes, entre los que resalta el colorido del brezo, la jara, y otras plantas aromáticas de este singular bosque mediterráneo”.
Qué ver en estos meses
En esta estación en la que los días se van alargando, aunque las noches todavía son frías, el parque nacional recomienda en la web www.visitacabaneros.es pararse a contemplar las flores y arbustos que empiezan a hinchar sus yemas para empezar a brotar y dar color a las praderas de la raña. Ya se nota como resuenan en todos los arroyos y manantiales el canto de ranas y sapos especialmente al atardecer. “Después del letargo invernal son relativamente fácil de ver al galápago europeo y la culebra de agua en las orillas y arroyos del río Estena o el Bullaque”, explican.
En cuanto a aves con la primavera son muchas las que llegan de su viaje transahariano, mientras que las invernantes han partido ya hacia los países de destino en Europa del Norte.
La recuperación casi vertiginosa del pantano de la Torre de Abraham, además de todos los ríos y arroyos del entorno como el Estena y el Milagro, son otro de los actractivos añadidos que han dejado las lluvias del mes de marzo y el comienzo de abril.