El parque nacional de Cabañeros se queda sin el único restaurante que sirve comidas a diario, próximo al centro de visitantes de la Casa Palillos, punto de partida de las principales rutas. Se trata de El Cazador, en la pedanía de Santa Quiteria (Alcoba de los Montes), el único negocio en el que se puede comer menú diario en cuarenta kilómetros a la redonda. Un sitio de éxito, que su propietaria Encarna Díaz cerró en junio por jubilación, con todo el dolor de su corazón (no está dado de baja aún), mientras espera el relevo de alguna persona emprendedora que por ahora no llega.
“No quiero dejar a la comarca sin este servicio. Aquí comen muchos guías y personal del parque de Cabañeros; visitantes de la Casa Palillos y muchas personas de los alojamientos cercanos. Ahora sin restaurante, por lo que me cuentan, a mucha gente le echa para atrás reservar aquí para la berrea, luego tienen que hacer muchos kilómetros para comer y aquí en los Montes no es fácil”, cuenta Díaz en una entrevista para Lanza. Hace unas semanas también habló para la televisión autonómica Castilla-La Mancha Media, sin dejar de emocionarse.
“Me quedan dos años y medio para jubilarme y pensaba aguantar, llevo toda la vida trabajando y disfrutando, pero por circunstancias personales he tenido que acelerar el proceso, aunque sigo con la tienda, de la que luego se ocupará mi nuera, y la casa rural”, cuenta.
Un bar en 1982 y tres proyectos más después
Díaz, posiblemente la emprendedora más carismática de la comarca de Cabañeros, decidió en 1982 abrir un bar en su pueblo, Santa Quiteria, cuando la zona estaba condenada a convertirse en un campo de tiro del Ejército. Lo que pasó después, el boom turístico, el parque natural, la declaración de Cabañeros como parque nacional, y el empuje del turismo sostenible, no hizo más que empujar su negocio.
En los inicios solo tenía la colaboración de su marido, “me ayudo y me animó mucho”, cuenta, y los fines de semana, cuando podía echarle una mano (trabajaba fuera), después se fueron sumando otros miembros de la familia para ayudas ocasionales, el control del negocio siempre ha sido suyo.
Bar en 1982, cuando Cabañeros iba para campo de tiro
Cuando abrió el bar hace cuarenta años tenía una hija de un año, luego vinieron dos hijos más y dos proyectos nuevos. En 2003 amplió el bar y lo convirtió en el restaurante de parada obligada de los visitantes de Pueblo Nuevo del Bullaque (centro administrativo de Cabañeros), la Casa Palillos o Alcoba de los Montes, y diez años después, “como cerraban la única tienda para vender pan y las cosas básicas, pues también me quedé con ella”. En 2015 invirtió en una casa rural en Santa Quiteria, que sigue abierta ahora, y que será su refugio en la jubilación.
Boche Gastronómico en 2021
“El restaurante ha funcionado y funciona genial con comida típica de la zona, en estos últimos años he estado muy a gusto trabajando y disfrutando, incluso en noviembre del año pasado nos dieron el premio Broche Gastronómico de Castilla-La Mancha, es una pena que nadie se quedé con este negocio, y mis hijos no quieren”, explica.
“Adelante Encarna que tú puedes”
Con su “adelante Encarna que tú puedes”, esta autónoma siempre ha tenido claro que aparte de ganarse la vida ha querido hacer algo por su pueblo y evitar la despoblación. “El pueblo para mí es calidad de vida, no hay nada comparable a vivir en un pueblo, y el privilegio de salir por la mañana al campo y ver amanecer. Todos tenemos mucho que aportar para acabar con la despoblación”, afirma con palabras que utilizó en junio del pasado en Ferduque (El Robledo) invitada por Afammer a contar su historia en una mesa de emprendedoras.
Desde que cerró el bar –sigue dado de alta- busca alguien que le compre el restaurante y la vivienda adosada en la que ella y su familia han construido su vida (si la vende se irá a la casa rural), pero si no es posible podría negociar un traspaso. “Lo quiero vender, pero no por hacer dinero, sino como negocio necesario en la zona, porque Santa Quiteria no se muera”.
Santa Quiteria, la hermosa aldea de Alcoba
Vivir en esta hermosa aldea a pocos kilómetros de la Casa Palillos y el centro administrativo del parque nacional de Cabañeros no es un problema de acceso a ciertos servicios. “El centro de salud está a diez minutos y la parada del autobús escolar en la puerta, tampoco estamos tan lejos de Ciudad Real, a algo más de media hora”.