El parque nacional de Cabañeros, castigado este verano con los incendios forestales que se han disparado en todo el país, vallará la zona afectada por el fuego que afectó en junio a siete hectáreas de matorral del arroyo del Brezoso.
La idea es favorecer la recuperación natural del paraje, uno de los de mayor riqueza ambiental del parque. “Con el vallado de la zona de turberas, que es la más interesante desde el punto de vista ambiental, evitamos que ciervos y jabalíes se coman los brotes”, señala Ángel Gómez el director conservador, que apunta a que si las lluvias no se retrasan “la recuperación del trampal será casi total”.
Unos 50.000 euros para el vallado
Para acometer la obra, en las próximas semanas, la dirección del parque ha recurrido al fondo especial para este tipo de urgencias del Organismo Autónomo parques Nacionales, y espera contar con unos 50.000 euros.
Dos meses después del incendio, que “solo” afectó a siete hectáreas de matorral (no terminó en catástrofe por la rápida intervención del Infocam y los medios del propio parque), nadie sabe cuál pudo ser la causa y si fue intencionado o no.
En el interior de parque y en un simulacro
Que el fuego saltara en el interior del parque es bastante raro, también es sospechoso que prendiese justo cuando el personal de incendios se encontraba haciendo un simulacro con retenes de la Junta de Comunidades, a pocos kilómetros de allí, “pero esto son conjeturas, la realidad es que a día de hoy no sabemos nada de las causas”, recalca Gómez.
La importancia del arroyo del Brezoso
El arroyo del Brezoso, con un pantano del mismo nombre, es uno de los enclaves “higroturbosos”, señalan los técnicos, de mayor interés florístico del parque nacional de Cabañeros, incluido en la Directiva Hábitat como “hábitat prioritario” por su escasez en Castilla-La Mancha.

El Brezoso recoge las aguas de la sierra del Chorrito
El Brezoso es un arroyo que recoge las aguas de la sierra del Chorito, en su camino hacia el sur, para unirse al arroyo de los Pescaos y luego al río Bullaque. La turbera, también llamadas “trampal” o “bonal” tiene una antigüedad datada en más de 4.000 años y está formada por la la acumulación de musgos como el esfagno.
Este es uno de los lugares del parque de parada obligada en las visitas en vehículos 4×4. “Salir de la planicie de la raña y encontrarse este valle rodeado de abruptas montañas es uno de los contrastes más bonitos”, afirma Gómez.
Por lo que sabe el viernes 21 de junio sobre las tres y media de la tarde se originó el incendio en el fondo del valle, en la turbera que cubre la parte baja del arroyo y que contiene una buena representación de vegetación típica entre la que destacada el mirto de brabante y distintos brezos típicos de estas zonas húmeda. Entre el arbolado afectado destacan rebollos, abedules y ejemplares de acebo y sauce.
También hay plantas carnívoras como la pinguicula lusitánica y la drosera rotundifolia. La mayor superficie afectada fue la ladera de solana cubierta por jara pringosa y brezos.