Carla, la veterana hembra de lince ibérico liberada en Cabañeros, acaba de cumplir un mes de estancia en el parque nacional. Se ha adaptado bien a su nueva y apacible vida en el entorno. Tiene que esforzarse poco para cazar, personal del parque –siempre el mismo- le facilita conejos vivos en el jaulón en el que ha sido confinada temporalmente, y responde muy bien a los estímulos.
“No la vemos mucho y procuramos molestarla lo menos posible”, asegura Ángel Gómez Manzaneque, el director de Cabañeros. El régimen de semilibertad permite al animal, de trece años años pero en buena forma, tomar alimentación suplementaria en una especie de corralitos habilitados exprofeso en la zona.
Su presencia ya ha servido para algo: está espantando a otros carnívoros como meloncillos y ginetas, como quería la dirección, y se ha convertido en la curiosidad del parque. “Todas las visitas nos preguntan por ella, desde el primer fin de semana de la suelta”.
La nueva suelta, la semana que viene
El siguiente paso del proceso de adaptación se dará la próxima semana, “le vamos abrir el jaulón y rezaremos para que se quede en la parcela grande, de diecisiete hectáreas, en la que hay majanos y podrá alimentarse por ella misma, ya hemos comprobado que sabe hacerlo y lo hace bien”. Este nuevo espacio tiene un cercado de dos metros de altura, “pero eso no es nada para un lince”.
Si Carla opta por marcharse, seguirá vigilada puesto que dispone de collar de geolocalización, como el resto de linces liberados, e incluso se cerrará algún camino. “Lo que nos interesa es que se asiente y esté cómoda”.
Nació en la Sierra de Andújar en 2006
Nacida en libertad (Sierra de Andújar, 2006) y bregada en la escarpada Sierra Morena, esta hembra de lince ibérico es lo que se dice una renacida. A los técnicos de medio ambiente les consta al menos dos camadas de cachorros, la última en 2017, pero es posible que haya sido madre más veces.
La primera parte de su larga vida transcurrió entre las peñas de las sierras jiennenses del entorno de Andújar. Allí fue localizada en mal estado por primera vez en 2013 y trasladada a un centro de recuperación. Sobrevivió y fue liberada en el valle del río Guarrizas zona por la que campeó hasta pasar al valle del Jándula.
Sola, desnutrida, y en muy mal estado fue localizada el 17 de diciembre del año pasado vagando por las inmediaciones del embalse de Fresneda, en la Sierra Morena ciudarrealeña, solo pesaba seis kilos y empezó su segundo renacimiento. Fue traslada a El Chaparrillo en Ciudad Real, el centro en el que gracias al cuidado de todo el equipo, en especial la veterinaria Elena Crespo, en dos meses recuperó cuatro kilos. En poco tiempo recuperó peso y salud.