Las oposiciones a bombero del SCIS de Ciudad Real que han empezado este sábado dejan historias de aspirantes como Carmen (22 años, Ciudad Real), que se presenta por primera vez para «probar», o Guillermo (29 años, Piedrabuena) más veterano, que lleva dos años preparándose y ha pasado por procesos selectivos parecidos en Murcia y Albacete.
Carmen esta menos nerviosa antes del inicio del examen -diez de la mañana de este sábado- porque sabe que le falta un requisito indispensable para seguir adelante, aunque supere el examen teórico. “No tengo carné de camión, me lo estoy sacando, si aprobase me echarían para atrás”, explica a Lanza.
Afronta el examen de este sábado como una prueba de unas oposiciones que empezó a prepararse en octubre, poco tiempo para lo que llevan otros opositores.
Le gusta la profesión de bombera «por su versatilidad»
De la profesión de bombero cuenta que le gusta por su versatilidad, “nunca he querido trabajar en una oficina ocho horas al día. También es un trabajo satisfactorio, de ayudar a los demás y cuidar el medio ambiente, y eso me gusta”, afirma.
“Me apunté a la autoescuela para el carné de camión, he estado entrenando y estudiando, son demasiadas cosas, esta prueba del teórico es dura, la peor”, dice.

Guillermo, especialista en rescate y salvamento
Guillermo, de Piedrabuena, viene del sector profesional del rescate y el salvamento. Aunque se ha presentado a oposiciones a bombero en Murcia y Albacete, dice que esta de Ciudad Real es la primera oposición fuerte que se prepara.
Como a todos, le asusta el teórico y la criba que supone para seguir adelante con las pruebas físicas, que le dan menos respeto. “Voy bien preparado, en esto, como todo, influye también que tengas una pizca de suerte. La teoría te pone más nervioso, físicamente sabes que tienes que llegar a unos objetivos que se entrenan, este es el examen que todo el mundo quiere quitarse antes”.

Este aspirante no es exactamente un bombero vocacional, estudió Ciencias del Deporte en Salamanca. Con esa formación estuvo en un grupo de profesores de salvamento formando a chicos en La Coruña para trabajar en playas de Barcelona. Ha seguido formándose y al final del salvamento y las emergencias quiere dar el salto a ser bombero, “tengo bastantes ganas de entrar”.