Carmen Delgado, presidenta de la junta rectora del parque natural de las Lagunas de Ruidera, al menos sobre el papel, asegura que lleva seis meses esperando que la Consejería de Desarrollo Sostenible, de quien depende ahora la gestión de los parques naturales, acepte su dimisión.
Delgado, del cuerpo de letrados de Junta, aceptó el puesto de este órgano consultivo, sin competencias ejecutivas ni retributivas, por su interés por el medio ambiente; su relación de confianza con el consejero de Agricultura Francisco Martínez Arroyo y a propuesta del director general de Política Forestal de entonces, en mayo de 2018.
Tras las elecciones autonómicas de mayo de 2019 y la reestructuración del Gobierno autonómico que desgajó de Agricultura las competencias ambientales, Delgado creyó conveniente presentar su dimisión en septiembre. “Lo hice por correo electrónico al director general de Política Forestal”, explica, más adelante por escrito. Y hasta ahora.
“Por cortesía me podían haber dicho algo”
La presidenta de la junta rectora del parque comprende que tenga que pasar un tiempo hasta que se buscan los perfiles adecuados para estos puestos, pero no el silencio, “al menos por cortesía me podían hacer dicho algo”, afirma.
En este tiempo nadie la ha convocado para nada, ni siquiera para comunicarle que aceptan su dimisión.
Los retos importantes del parque natural
El parque natural de las Lagunas de Ruidera tiene por delante importantes retos. El principal aprobar el Plan Rector de Uso y Gestión que el año pasado provocó no pocas protestas, por las limitaciones al uso público que conlleva en el paraje natural más visitado de Castilla-La Mancha, en un excelente momento este invierno.
También están pendientes las obras del nuevo centro de visitantes y la creación de una senda peatonal en la carretera de las Lagunas, con la implicación de otras administraciones.
La semana pasada se hizo público el nombramiento del nuevo director del parque natural, Ignacio Mosqueda. Su antecesor, el ingeniero forestal y técnico de Agricultura José Antonio Pizarro había presentado su dimisión en verano.