Ciudad Real es una de las provincias con más pacientes renales obligados a desplazarse para recibir su tratamiento, de entre las trece analizadas. La asociación que representa a los pacientes renales pide a las administraciones sanitarias medidas para corregir este fenómeno de dispersión geográfica, que dificulta el acceso a los tratamientos y perjudica la calidad de vida de las personas que viven con Enfermedad Renal Crónica (ERC).
La Sociedad Española de Nefrología, SEN, que integra a los especialistas, se suma a esta reivindicación e insiste en la necesidad de apostar por la diálisis domiciliaria para mejorar la calidad de vida de los pacientes .
El estudio se ha presentado en el 53 Congreso Nacional de la SEN que se celebra en Palma de Mallorca con la participación de 1.200 nefrólogos y expertos nacionales e internacionales.
Realizado en cuatro comunidades autónomas -Aragón, Castilla La Mancha, Galicia y Valencia-, el estudio revela que más de la mitad de las personas en diálisis tienen que desplazarse fuera de su localidad de residencia para recibir su tratamiento. El estudio ha sido realizado por Akcer sobre una muestra de 5.740 pacientes residentes en 13 provincias de estas 4 Comunidades. En concreto, y según este estudio, el 50 por ciento de las personas en hemodiálisis tienen su hospital de referencia en una localidad distinta a la que residen, y el 55 por ciento de estas personas se dializan en un centro fuera de su localidad de residencia.
Unos datos que llevan a la asociación que representa a las personas con enfermedad renal en España a pedir a las administraciones sanitarias “medidas para corregir este fenómeno de dispersión geográfica, que dificulta el acceso a los tratamientos y perjudica la calidad de vida de las personas que viven con Enfermedad Renal Crónica (ERC)”, con un especial impacto sobre las personas mayores y que viven en el medio rural.
Son las provincias con mayor población rural las que efectivamente tienen más porcentaje de pacientes que precisan desplazarse a su hospital de referencia, con porcentajes cercanos al 70 por ciento. A las limitaciones propias de la ERC y su tratamiento y a la necesidad de desplazarse, estas personas que viven en el medio rural, en una localidad distinta a la de su centro de referencia, suman además las menores posibilidades de transporte público y la mayor reducción de horarios.
Se trata, no obstante, de un problema que no es exclusivo del medio rural. Cuando la provincia analizada cuenta con un gran núcleo urbano o varios, el porcentaje de personas que deben desplazarse para recibir atención y recoger su medicación es menor, pero aun así 1 de cada 3 tiene que desplazarse. “Esto implica importantes trastornos para una población de media de edad cercana a los 70 años, así como para su entorno social y familiar”, explicó durante la presentación del estudio Daniel Gallego, presidente de Alcer, que añadió que Ciudad Real es una de las provincias españolas con mayor dispersión geográfica de todas las analizadas.
El estudio se presentó en el 53 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nefrología, que se celebra hasta este lunes en Palma de Mallorca con la participación de 1.200 nefrólogos y expertos nacionales e internacionales. Los especialistas se sumaron a pacientes y a familiares en su demanda de soluciones a esta situación de dispersión geográfica, incidiendo en este sentido en la importancia de impulsar los tratamientos domiciliarios.
“Cuando la Enfermedad Renal Crónica (ERC) llega a sus estadios más avanzados, los pacientes necesitan un tratamiento sustitutivo de la función renal. Para aquéllos en los que está indicado, el trasplante es la primera opción. Pero para aquéllos que están en espera de un órgano o para los que el trasplante no es posible, las opciones son la hemodiálisis y la diálisis peritoneal. Éstas se pueden realizar en el domicilio del paciente, minimizando los efectos de la dispersión geográfica y mejorando su calidad de vida. A pesar de esta y otras ventajas como la autonomía, la mejor conciliación de la vida familiar, social y laboral, su empleo es aún minoritario entre los pacientes, en parte por razones culturales, pero en gran medida también por la falta de apoyo y los problemas de autonomía que tienen estas personas, mucha de ellas mayores. De ahí la importancia de promover la diálisis en casa con recursos de apoyo que favorezcan la aceptación y adherencia al tratamiento domiciliario”, explicó la presidenta de la S.E.N., Patricia de Sequera, que añadió que debe promoverse tanto el apoyo presencial al paciente a través de profesionales sanitarios y sociales como el apoyo al paciente de forma remota.
El presidente de Alcer coincidió con este planteamiento y abogó también por “evitar los desplazamientos con medidas que permitan el acceso a los medicamentos en la localidad de residencia, priorizando las opciones de tratamiento que permitan su administración en su propio domicilio o centro de salud local, especialmente también en la fase de pre-diálisis”.