Castilla-La Mancha, sobre todo el sur de Ciudad Real, acaba de cerrar la primavera más cálida desde que hay registros (1961), sobre todo en el mes de abril, con récords de temperaturas inéditos, y seca, a pesar de las lluvias de finales de mayo y principios de junio.
Ha sido, según el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Marcelino Rojo, un balance con anomalías al alza respecto a lo normal en los meses de marzo, abril y mayo (es la medición que hacen de la estación meteorológica) por su “homogeneidad”.
Primavera extremadamente cálida
En concreto, la temperatura media de la primavera castellano-manchega -extremadamente cálida- ha sido de 14,5 grados centígrados, con una anomalía de 2,0 grados por encima del promedio de los últimos 30 años -1991 a 2020-. Incluso, el exceso alcanzaría los 3,1 grados en las máximas y 0,8 ºC en las mínimas en comparación con la media de las estaciones que miden los valores.
La anomalía en temperatura fue en positivo en toda la comunidad -entre 1,5 y 2,5 grados centígrados-, excepto en la serranía alcarreña y conquense -extremo norte-, frente al extremo sur de Ciudad Real, “donde ha sido más alta la anomalía”, por encima de los 2,5ºC.
Más al dato, “al principio de marzo hubo unos pocos días en los que la temperatura media fue más baja de lo normal, y al final de mayo también”, aunque en el centro de la primavera, los valores han sido bastante más altos, sobre todo en abril, el “más cálido desde que hay registros”.
Así, marzo fue “muy cálido”, con una anomalía de 2,0 ºC, y mayo, con 16,5ºC de media, 0,4 grados por encima del promedio.
En abril se marcaron récords los 27, 28 y 29, con valores “exageradamente altos” en toda España y en Castilla-La Mancha.
Las mínimas también fueron exageradamente altas en abril en Ciudad Real, con 19ºC el día 29, el mismo valor casi tropical que en Almagro.
Por ejemplo, según Rojo, Albacete anotó 32,8 grados centígrados el día 27, una cifra no registrada desde 1945, así como en Ciudad Real ese día se midieron 35,1 grados centígrados, los mismos que en 2005, y en Almagro la temperatura subió a 35,4 ºC.
Mayo, por su parte, tuvo la primera decena de días por encima de la media, y las otras dos decenas por debajo.
Precipitaciones
En cuanto a las precipitaciones, mayo ha sido más húmedo en conjunto, pero de manera engañosa porque ha sido seco en su gran parte, frente a unas lluvias que se concentraron “en los últimos días”.
A nivel regional, la primavera ha sido “muy seca”, la quinta tras 1970, 1995, 2005 y 2014, con una media de 78,8 litros por metro cuadrado, un 53% del valor medio en el período climatológico de referencia.
Por meses, a principios de marzo “llovió algo”, ha explicado Rojo, y alcanzó un 20% de precipitaciones, “muy seco”, mientras que abril -todavía menos húmedo- cuantificó un 8% de lluvias y 4,2 l/m2 en la región. Mayo, por su parte, resultó “más húmedo”, con 65,2 l/m2 -caída en el último tercio del mes- y un 134% de lluvias sobre la media.
Han sido precipitaciones “convectivas”, es decir, tipo tormenta, con picos de agua, los 68 litros el 23 de mayo en Tobarra, los 57 l/m2 el 25 en Fuencaliente, los 47 l/m2 en San Pablo de los Montes o los 40 l/m2 en Almansa.
Igualmente, Villanueva de los Infantes recogió en 10 minutos el 28 de mayo 17,2 l/,2, una lluvia torrencial que puso a prueba el sistema de desagüe.
En junio siguieron las precipitaciones, con episodios como los casi 40 litros el día 8 en Cuenca, los 60 litros de Madridejos el día 5, o los 14,6 l/m2 en Alberca del Záncara.
Con todo, según Rojo, las lluvias “no han conseguido combatir la sequía”.
Respeto al año agrícola en Ciudad Real capital, tiene un déficit respecto a la media de 123 l/m2. Sigue sufriendo, por tanto, la sequía con la que debutó el 1 de septiembre de 2022, que apenas se “se corrigió” a principios de diciembre con “un río atmosférico”.
Pronóstico para el verano
Respecto a la nueva estación del estío, con más estabilidad y escenario anticiclónico, fuerte insolación y una masa de aire cálido del norte de África, con temperaturas superiores a lo normal y que desde el fin de semana rozarán los 40 grados durante uso días. “Posiblemente será la primera ola de calor”. En concreto, “se prevén temperaturas más altas de lo normal”
Respecto a las precipitaciones, “no hay rastro” para los próximos días, si bien para la primera y última semanas de julio se prevén “más precipitación de lo normal”, que “no es mucho porque en la región lo normal es poca o ninguna lluvia”.
En conjunto, en julio, agosto y septiembre habrá «temperaturas más altas de lo normal» y también lluvias superiores «a la media». Son cifras que se repiten «machaconamente» y que son efectos de «la tendencia del cambio climático”, donde cada año hay «récords» de valores.