Belén Rodríguez
Ciudad Real
Desde 2014, cuando se produjeron las primeras sueltas de crías de lince para reintroducirlo en la provincia, el centro de fauna silvestre de El Chaparrillo se ha convertido en el “hospital” de referencia para sus cuidados, en colaboración con el de rapaces de Sevilleja de la Jara (Toledo), ambos dependientes del Gobierno regional.
La directora provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural Prado Amores explica que el programa Life Iberlince ha soltado desde entonces 56 ejemplares en las zonas de reintroducción de los Montes de Toledo y Sierra Morena Oriental, 19 de ellos cachorros que han nacido en libertad (los primeros el año pasado).
El equipo veterinario de El Chaparrillo se ocupa de los chequeos y traslados de los linces a sus zonas de reintroducción, además de los casos clínicos y necropsias, muy importantes para determinar las causas de las muertes y así poder evitarlas.
En el último año ha habido bajas por atropello -la mayoría-, ahogamientos (al menos uno) y desnutrición, pero ninguna por acción directa del hombre tipo disparo o lazo como las que se produjeron en los primeros meses de las sueltas.
“Nos estamos concienciando de que hay linces en nuestro territorio. A mucha gente le sorprende el show que montamos cada vez que hay liberaciones de linces pero es que es necesario. Llevamos a colegios, a ciudadanos del entorno y le damos la mayor difusión para que todo el mundo esté prevenido”, explica la directora provincial.
Amores confía en que cuando sea mayor el número de linces nacidos y criados por sus padres de una forma completamente salvaje sean menos frecuentes accidentes como los atropellos, que se están combatiendo señalizando carreteras y arreglando pasos de fauna.
Dentro del programa de sueltas de este año en febrero fueron liberados otros cinco ejemplares de lince ibérico en la provincia. Por atropello se tiene constancia de dos decesos en enero y a primeros de este mes de abril.