Probar las recetas ‘fresquitas’ de la hostelería ciudarrealeña ha sido este miércoles la única forma de aguantar las temperaturas cercanas a los 40 grados en Ciudad Real. De esta forma, el Ayuntamiento y la hostelería de la capital han celebrado el Día Mundial de la Tapa, que este año ha llegado una jornada antes.
Bajo el arco de herradura de la Puerta de Toledo, la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, ha reivindicado que fue en Ciudad Real, y no en Sevilla, donde el rey Alfonso X el Sabio, fundador de la villa, institucionalizó que la jarra de vino tenía que estar acompañada de una tapa. “Es indiscutible que fue aquí”, ha dicho la primera edil.
Sea o no real la leyenda, lo cierto es que la tapa en la actualidad es una auténtica seña de identidad en Ciudad Real, que atrae a miles y miles de personas cada año. “Disponer de tapas es un añadido al elegir un viaje, porque aquí se come y se tapea muy bien todos los días del año”, ha destacado la gerente de la Asociación de Hostelería y Turismo, Cristina Miranda Luján.
Masías invita a salir de tapas en el Día del Corpus
Salmorejo crujiente con atún marinado, crema de queso y maíz; falso cebiche de marisco con guacamole y salsa cóctel casera; ensalada de temporada con frutos de la tierra de Castilla inmersa en sal; y queso manchego con cominos, pistachos, aceitunas y lomo de orza de ciervo.
Las tapas que han repartido en el entorno de la Puerta de Toledo los chefs ganadores de las últimas ediciones de Tapearte, El Señor Pérez, El Rincón de los Hidalgos, La Soga y Mesón Octavio, con motivo del Día Mundial de la Tapa, han sido una delicia. La mayoría estarán en sus establecimientos este jueves festivo, en el que la región celebra el Corpus y que es un día perfecto para salir de tapas.
Así pues, Eva María Masías, que ha estado acompañada de la teniente de alcaldía, Pilar Zamora, y otros ediles, ha animado a los turistas y a los vecinos de Ciudad Real a disfrutar de “la riqueza y el patrimonio de nuestra gastronomía”, que es sin duda, “un motor dinamizador de la economía, de la hostelería, y por ende de la ciudad”.
La actividad ha terminado con una representación teatralizada del momento en el que Alfonso X el Sabio consolidó la tapa, que por un lado permitía espantar “las moscas” de la jarra de vino y también reducir los efectos del alcohol entre los que lo bebían.