Medio centenar de pueblos de la provincia desplegaron ayer sus mejores galas promocionales en el día de Ciudad Real en FITUR. Agua agría, pañuelos de hierbas y ramilletes de romero se conjugaron con catas y degustaciones de perdiz, jabalí o pisto y música de Dj para atraer la atención de los visitantes. Una atención que la mayoría de los municipios ciudadrealeños reclamaron, principalmente, a través de las imágenes. Fueron muchos los destinos que se decantaron por presentaciones virtuales y pequeñas películas promocionales en las que mostraron lo mejor y más destacado de sus recursos y patrimonio.
Así lo hicieron Alamillo con su creación de un aula de interpretación de la flora y la fauna, Almadén con su desarrollo ‘Paisaje minero’, Campo de Criptana y su nueva apuesta por el turismo virtual con el proyecto ‘En un lugar 3D’, Ciudad Real y su intención de convertir la Pandorga en Fiesta de Interés Turístico Nacional, la Fiesta de Las Luminarias de Fontanarejo, Herencia y su queso, Porzuna y su Semana Santa, Tomelloso y su plan de sostenibilidad turística, Villahermosa y su falla manchega que busca ser declarada de Interés Turístico Regional, o Villarrubia de los Ojos y su representación religiosa de ‘La historia se hace vida’, entre otros.
Los conjuntos históricos de Almagro e Infantes, que presentó la película colaborativa ‘Cervantes enamorado’, el sello de calidad en destino SICTED de Daimiel, la tradición medieval de elección de alcaldes de Manzanares, la esencia vinícola de Socuéllamos, la realidad virtual del Cerro de las Cabezas de Valdepeñas o la monumentalidad de Viso del Marqués también tuvieron su momento de atención. Al igual que las propuestas de otros municipios, que también reclamaron su espacio en el escenario central del stand de Castilla-La Mancha. Entre ellos Agudo, Albaladejo, Aldea del Rey, Argamasilla de Alba, Argamasilla de Calatrava, Calzada de Calatrava, Fernán Caballero, Fuencaliente, Granátula de Calatrava, La Solana, Llanos del Caudillo, Montiel, Pedro Muñoz, Poblete, Ruidera, Santa Cruz de Mudela, Solana del Pino o Torrenueva. Una gran mayoría de ellos representados por sus alcaldes o corporativos.

Así en el cielo…
Como en el cielo. Así es como este medio centenar de pueblos que ayer se promocionaron en el día de la provincia de Ciudad Real, en FITUR, quisieron hacer sentir a los cientos y cientos de visitantes que se pasaron por el stand de Castilla-La Mancha. Para ello desplegaron sus mejores galas promocionales. Agua agría de Puertollano, pañuelos de hierbas de la Pandorga de Ciudad Real y ramilletes de romero de la fiesta de Las Luminarias de Fontanarejo, confluyeron con los personajes, especialmente ataviados para la ocasión, del General Narváez, el Doctor Limón, el Rey del Carnaval de Miguelturra, las dulcineas, damas manchegas y pandorgos de Ciudad Real o los hebreos, romanos, sumos sacerdotes y hasta el mismísimo Jesucristo de la representación ‘La historia se hace vida’ de Villarrubia de los Ojos. Todos confabulándose, junto al reparto de algodón de azúcar y merchandising de la región, por la atención de un público que no dudó en hacer largas colas e incluso formar aglomeraciones, con algún que otro empujón, carrito o maleta en mano, incluso, para hacer acopio de obsequios y acceder a las degustaciones gratuitas.
Sin duda, en el capítulo de degustaciones, las que recibieron un aplauso unánime, certificado en la sucesión de aforos completos, fueron las muestras gastronómicas servidas por ‘El mirador de La Mancha’ de Villarrubia de los Ojos, el restaurante ‘La merina negra’ de Almodóvar del Campo y la ‘Finca Villa Mercedes’ de Argamasilla de Calatrava. Así como las demostraciones de show cooking desarrolladas en el espacio Raíces Culinarias del stand, a manos de Diego Morales de ‘Sr. Pérez’ de Ciudad Real, Juan Delgado de ‘La Rabiosa’ y Jesús Quirós de ‘Pastelería La Rosa’, ambos de Alcázar de San Juan. A estas demostraciones y degustaciones, en las que la perdiz, el jabalí o el pisto impactaron en los paladares de los visitantes, sucedieron una cata de vino de la ‘Bodega de las estrellas’ de la Ruta del Vino de Valdepeñas, un taller con caldos de la Denominación de Origen La Mancha, de la Ruta del Vino de La Mancha, y una exhibición del showbarman Santiago Escribano de Alquimia.

Largas colas y algún que otro empujón
Toda una sucesión de estímulos a los que no resultaba fácil acceder, pero a los que los visitantes no parecían estar dispuestos a renunciar, incluso si había que tener una pequeña discusión con la pareja, harta ya de hacer kilómetros a paso de ralentí por los distintos stands y pabellones. Con capacidad para 32 personas cada degustación, showcooking o cata, acumuló larguísimas colas en las inmediaciones del expositor castellano-manchego. Decenas y decenas de personas mostraban así su interés por probar los productos típicos de la provincia de Ciudad Real. El hecho de que el sábado fuera el primer día en el que FITUR 2025 habría sus puertas al público multiplicó exponencialmente la demanda. Alba Santos, azafata del stand de Castilla-La Mancha en el espacio de Raíces Culinarias destacaba la gran afluencia de visitantes que se estaba produciendo y las mayores dificultades para gestionar la demanda entre las cerca de 80 personas que han trabajado en el stand durante estos días.
La sensación era muy similar para Cristina López, guía oficial de Turismo de Ciudad Real y una de las personas encargadas del punto de información de la provincia en el stand castellano-manchego, hasta el que decía “se ha acercado muchísimo más público que el año pasado, tanto en los días de profesionales como este sábado, día de apertura al público”. Desde su valoración personal, avalada por años de experiencia acumulada en anteriores ediciones de FITUR, cree que esta mayor afluencia está relacionada con el hecho de que “la gente quiere seguir saliendo después de la pandemia, aprovechar el momento y que viajar está de moda”. En el marco concreto de Castilla-La Mancha aseguraba que “el día de la provincia de Ciudad Real atrae siempre muchísima gente, gente que llega por el Quijote y acaba descubriendo el resto de recursos”. Un público, apuntaba, en su mayoría de Madrid interesado en escapadas de fin de semana y también de Levante, igualmente con interés fundamental en rutas cortas. La guía turística destacaba, como un elemento diferencial de esta edición de la feria, el interés suscitado por los recursos de naturaleza de la provincia. Según reconocía, han sido muchos los visitantes que este año se han acercado a preguntar por el Geoparque Volcanes de Calatrava, que el pasado mes de abril fue reconocido por la Unesco y ha sido el último en ingresar en la Red Española de Geoparques Mundiales, pero también por el Parque Nacional de Cabañeros o las rutas de senderismo.

Pocas nueces y mucho ruido
Un nutrido grupo de autoridades, alcaldes, corporativos, presidente y diputados provinciales, así como representantes autonómicos se dieron cita ayer en el stand de Castilla-La Mancha para cantar las bondades y promocionar la provincia en FITUR. Un trabajo que no les resultó nada fácil. La intensidad promocional y festiva de los stands vecinos, Valencia y Murcia, hizo casi imposible que las declaraciones, presentaciones y proyecciones pudieran escucharse con normalidad. Más suerte tuvieron, en este sentido, los conocedores de la lengua de signos que acompañó a todas las intervenciones realizadas en el espacio central del stand castellano-manchego.
Tambores, muchos, casi que demasiados. Tocados con gran vigor e incansablemente por comparsas, agrupaciones de armaos, de romanos o cartagineses, junto al deambular de las tunas madrileñas o las gaitas gallegas entorpecieron la actividad más política del día de la provincia en la Feria Internacional de Turismo. Mucho ruido para una jornada de pocas nueces, como insinuó el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, en su reclamación a los organizadores del evento de una feria más profesional, más orientada a la puesta en contacto de empresarios y turoperadores, y menos centrada en el perfil meramente expositivo. Este fue uno de los principales mensajes lanzados desde la institución provincial, que acudió a FITUR con tres líneas de promoción claras. Por un lado, la nueva edición de su estrategia promocional ‘Sabor Quijote’, que este año llegará a Valladolid, Murcia y Sevilla, en su proyección exterior, con la intención de seguir ampliando impactos (tres millones en las actividades con influencers y creadores de contenidos realizadas en 2024 en Piedrabuena y Socuéllamos). Por otro, el desarrollo del Geoparque Volcanes de Calatrava, para el que este año 2025 hay proyectado la puesta en marcha de sus primeros seis centros de interpretación, en Aldea del Rey, Almagro, Alcolea de Calatrava, Piedrabuena y Puertollano. Y, por último, la puesta en marcha de las nuevas manifestaciones de interés singular, que acaban de ser aprobadas y publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia y a las que podrán acogerse los núcleos más rurales para reforzar su interés.
La bonanza del año 2024 en el plano turístico y el objetivo de seguir aumentando el tiempo de estancia de los visitantes, el número de pernoctaciones, ha estado también entre los mensajes más repetidos, aunque a duras penas escuchados, junto al desarrollo de los planes de sostenibilidad tanto económica como ambiental que precisa el sector.

1.500 metros cuadrados de cielo en la tierra
El stand de Castilla-La Mancha ha gustado por la originalidad de su propuesta, según las manifestaciones de muchos de los visitantes. Con los pies en el cielo. Ha sido la idea con la que la Comunidad Autónoma ha querido cautivar a los profesionales y visitantes, turistas y curiosos, que desde el miércoles y hasta este domingo se han acercado a visitar la 45 edición de la Feria Internacional de Turismo, FITUR 2025, ubicada en Ifema, Madrid. Nada más entrar en el Pabellón 7, a mano derecha, los visitantes se han encontrado de lleno con el stand castellano-manchego. Una propuesta novedosa que ha ofrecido al visitante un cambio de perspectiva, una especie de “paseo por las nubes”, el cielo bajo los pies y los campos y molinos de viento, emblemas de la región, sobre la cabeza. Una puesta en escena reflejo del eslogan elegido para esta edición ‘De Castilla-La Mancha, el cielo’, con guiño claro -a cambio de una vocal- al mítico y ampliamente manoseado ‘De Madrid, al cielo’.

Al stand, de 1.500 metros cuadrados, el público entra atravesando un túnel inmersivo que conduce al visitante a través de los yacimientos y parques arqueológicos de la región. En otra zona de videomapping puede sumergirse en los recursos patrimoniales, como las catedrales de Toledo o Ciudad Real, o los parques naturales de la región. Hay tres puestos interactivos, en los que el visitante puede consultar información sobre la red de miradores astronómicos, el turismo azul (zonas de baño protegidas y autorizadas) o el turismo de pantalla (escenarios de cine). Cada una de las cinco provincias tiene un espacio propio de información al visitantes y, además, se han instalado mini-stands dedicados a Toledo, Almadén, la cerámica de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo, Sigüenza, Puy du Fou, las Hospederías, las rutas del vino y los caminos del azafrán de Castilla-La Mancha y al Parque Nacional de Cabañeros. La distribución del escaparate castellano-manchego se ha completado este año, con un escenario central -a modo de sol en mitad del cielo-, donde se han realizado las presentaciones y promociones de los distintos recursos turísticos de la región. También se ha habilitado una terraza para reuniones de negocios y una zona gastronómica, con espacio para catas, degustaciones y demostraciones de show cooking. Sin duda, una de las que más público ha atraído con platillos, que en el día de Ciudad Real, han ido desde el pan de cruz, a los quesos manchegos, la mousse de perdiz, la mermelada de asadillo, y el tajin de jabalí. Todo ello regado con los buenos vinos de la tierra.
