La Diócesis de Ciudad Real tan solo registró 14 bienes a su nombre entre 1998 y 2015. Así refleja el informe presentado por la Conferencia Episcopal Española esta semana, donde figuran 900 errores en la adjudicación de propiedad a la Iglesia, ninguno de ellos en esta provincia.
En este mismo informe aparecen reflejadas 11 ventas realizadas por la Diócesis de Ciudad Real, la mayoría de terrenos dedicados a usos agrícolas fruto de donaciones. Entre ellas destaca la venta de seis viñas pertenecientes al Obispado Priorato de las Órdenes Militares de Tomelloso.
También figura la venta de tres terrenos en Almodóvar del Campo, en la Loma Tejera, la Fuente Acea y los Olivares del Cura, aparte de otro en el camino del Cristo de Manzanares y una casa en Horcajo de los Montes.
En total son 25 inmatriculaciones, es decir, inscripciones por primera vez en la propiedad. La Diócesis de ciudad Real es la cuarta con menos inmatriculaciones de toda España, por detrás de Jerez con 20, Zaragoza con 13 y San Sebastián con 9.
Iglesias y ‘casas del cura’ en 164 parroquias
Hasta 34.976 inmatriculaciones de bienes realizó la Iglesia española en este periodo. Las pocas inscripciones de propiedades de Ciudad Real contrastan con las Diócesis de Burgos, que realizó 1.864 inmatriculaciones, Santander que hizo 2.135 o Santiago que registró 3.359 propiedades.
Las diferencias patrimoniales entre diócesis están detrás del abismo que existe entre inmatriculaciones. Cabe destacar que todas las diócesis tienen más patrimonio del que reflejan estas inmatriculaciones, como es el caso de la Diócesis de Ciudad Real, que inscribió anteriormente gran parte de sus bienes.
Ahora bien, el reducido patrimonio con el que cuenta la Iglesia católica en Ciudad Real, que no va mucho más allá de las iglesias y las ‘casas del cura’ de sus 164 parroquias, no tiene nada que ver con la gran riqueza con la que cuentan comunidades autónomas como Castilla y León y Galicia.
Antes no existían registros de los bienes de la Iglesia
Cabe recordar que históricamente la Iglesia no registraba sus bienes porque se daba por entendido que era la propietaria y ha sido a través de diferentes leyes hipotecarias cuando se han podido inscribir a través de estas inmatriculaciones por las que ha aflorado el nuevo listado.