En el centro operativo provincial (COP) de incendios forestales de Ciudad Real se viven días extraños este verano de 2023. Las comunicaciones, digitalizadas como novedad en esta campaña, funcionan como nunca, pero se empeñan en transmitir el “sin novedad”; es decir, no hay fuego, en las periódicas rondas de comprobación de las unidades de bomberos forestales desplegadas en la tercera provincia más extensa de España que, contra pronóstico, ha superado el mes de julio con la mitad de incendios que en 2022.
El año pasado cuando empezó agosto habían ardido 5.000 hectáreas en Ciudad Real, y este año llevamos 150, un 93% menos, en setenta incendios frente a los ciento cincuenta y nueve del mismo periodo de 2022, la mitad, y el 80% de ellos conatos de menos de una hectárea que ni han sido noticia.
“Moderadamente optimistas”
“Somos moderadamente optimistas, julio no es definitivo, pero es muy importante, en este mes se producen el 65% de los grandes incendios y hemos tenido el mejor julio del decenio. En agosto se declara el 25% de los grandes y el 15% en junio, según las estadísticas”, explica Juan Pedro García, director del COP provincial de incendios del plan Infocam. Esta temporada, buena parte de su labor, consiste en “mantener tensionado al dispositivo”, dice, porque no cabe la relajación, “esto es como un partido de fútbol, hemos superado la primera parte, queda la segunda y no podemos relajarnos”.
Por qué ha habido menos incendios en julio
¿Pero, por qué pese a los peores pronósticos no ha habido prácticamente incendios? El técnico habla de una combinación de factores: anomalía meteorológica, por la sequía extrema de la primavera contrarrestada por las lluvias de junio; más concienciación social, en especial del sector agroganadero, y regulación estricta del trabajo en el monte en base al índice de propagación potencial de incendios diario.
Sequía extrema y lluvias en junio
“Partimos de una primavera extremadamente seca que nos obligó activar el dispositivo de extinción al 70% en mayo, pero luego se amortiguó con las lluvias en junio que, aunque tardías para la ganadería y las cosechas, a efectos forestales aminoró el riesgo de ignición”, desarrolla el técnico de incendios. En esos primeros días de mayo, después de un mes de abril anormalmente caluroso, el personal contra incendios se preparaba para la peor campaña en quince años, más cuando surgió el megaincendio de Pinofranqueado, en Las Hurdes (Extremadura), al que el Gobierno de Castilla-La Mancha envió un equipo técnico de asesoramiento y otro de intervención.
Concienciación social
La concienciación social ha sido otro factor clave. “Me gustaría dar las gracias al colectivo agrario por haber sido partícipes directos. Han entendido la regulación, las medidas que prohibían no hacer ciertas tareas en el campo en unas horas concretas”. Tampoco ha habido imprudencias por uso indebido de áreas recreativas del conjunto de la sociedad.
Regulación de los trabajos en el campo
Para García junto a la concienciación la regulación ha sido el tercer factor en los resultados. “En Castilla-La Macha llevamos diez años limitando los usos y actividades por franjas horarias en el monte a menos de 400 metros, que afectan también a maquinaria y equipos que puedan emitir chispas y deflagraciones”. “Lo hacemos porque sabemos que el 90% de los incendios los provoca el ser humano, no con intencionalidad, casi siempre por negligencia o de forma accidental”.
Las actividades de riesgo en esta comunidad autónoma no se permiten cuando el IPP es extremo; se regulan por franjas horarias cuando el nivel es muy alto (se prohíbe de 15.00 horas a 18.00), y se permiten cuando el índice potencial de propagación es alto, moderado o bajo.
La temida simultaneidad: más de un incendio a la vez
La temida simultaneidad, cuando se declaran varios grandes incendios a la vez, como el 25 de julio del año pasado (Ciudad Real vivió una jornada negra con siete incendios a la vez, tres de ellos importantes en Malagón, Almadén y Ruidera) no se ha dado este verano en la provincia (sí en Albacete, por el efecto de una tormenta seca), “pero eso no quiere decir que no pueda ocurrir en semanas como la que acabamos de empezar”.
“Hemos trabajado mucho para mejorar la manera de actuar cuando se producen incendios simultáneos, desde el punto de vista operativo, esa fue la gran lección aprendida del año pasado. La simultaneidad fue y es uno de nuestros mayores retos”, remata el especialista.
El Infocam es un plan proactivo que intenta adaptarse a los cambios, “el año pasado le vimos los colmillos al fuego, tuvimos que simultanear dos incendios de nivel 1 el de Ruidera y el de Malagón. Este año nos hemos preparado hasta para el peor contexto: tres incendios a la vez en Ciudad Real, tres en Albacete, y otros dos en Toledo”.
Agosto es menos malo por estadística
La estadística dice que agosto, uno de los dos meses de riesgo extremo del año, es malo pero menos que julio, aunque tal y como va el año de anómalo Juan Pedro García no se queda tranquilo, “esto no nos asegura nada. Sobre el papel sabemos que la segunda parte del mes no es tan mala como la primera de condiciones adversas, pero nunca se sabe”.
La primera semana completa del mes de agosto, esta del 7 al 13, invita a poca relajación. Las temperaturas están en pleno subidón y las condiciones serán de las más adversas del año. “Para lo que pase en las siguientes hay un rango de incertidumbre muy alto, con toda la prudencia del mundo, digo que no somos pesimistas, agosto es extremo pero a partir del 15 las noches suelen ser más frescas y hay menos horas de luz”.
La ‘pareja de ases’, es decir la conjunción de muchas igniciones y las condiciones extremas de calor, viento y sequedad, “se han dado menos este año en la partida que jugamos cada verano contra el fuego”.
Capacidad de adaptación
Por otro lado, el director del centro de coordinación recalca también la capacidad de reacción y adaptación del plan a las circunstancias meteorológicas. “Tenemos un sistema de trabajo y de dotación de medios que podemos bascular según el peligro. Ahora estamos al cien por cien de efectivos y estaremos así hasta mediados de septiembre, después veremos. Que no hayamos tenido grandes incendios hasta ahora no implica que después incluso del verano no pueda haberlos”.
“Seguimos entrenando”
Esta calma relativa en comparación a la campaña pasada, con incendios desde junio todos los días, permite afrontar el trabajo de extinción de otra manera. “Seguimos entrenando y procuramos seguir tensionados. Ahora la tendencia es ir a incendios más grandes y peligrosos, toda preparación es poca”.
Los grandes incendios de 2022 fueron negligencias
La campaña de extinción de incendios forestales 2022 ha sido hasta ahora la peor de la última década, con incendios graves que ahora se sabe fueron provocados por negligencias o de manera accidental, es lo que ocurrió en los fuegos de Malagón-Los Cortijos, Almadén-Saceruela y Ruidera.
600 efectivos entre técnicos y bomberos forestales
El dispositivo contra incendios, más coordinado en los últimos años con los bomberos urbanos, cuenta redondeando con 600 efectivos en Ciudad Real, cuatrocientos bomberos forestales, y el resto técnicos como pilotos, conductores de máquinas pesada, encargados de maquinaria, además de agentes medioambientales.
En las últimas décadas el plan se ha modernizado mucho y ha inaugurado algún retén más, apunta García. La dirección de extinción tiene dos patas, la coordinación que se hace desde el COP, la sala de máquinas del fuego, por ahora en el centro agroambiental de El Chaparrillo, y la dirección técnica de la emergencia en el puesto de mando avanzado.
“Hacemos simulacros para la simultaneidad. Tener más medios no siembre es mejor para apagar un incendio, está bien que se ofrezcan muchas unidades terrestres, helicópteros, hidroaviones…pero si aceptas esa ayuda tienes que tener capacidad para avituallar a esas personas o lugares para el descanso o para que despeguen y reposten. Los recursos llevan una logística que tienes que cubrir”, “no siempre tener más cantidad de recurso es sinónimo de ser más eficaz o eficiente”, puntualiza.
53 medios terrestres y 19 torretas
El dispositivo mantiene en esta campaña de 2023 a 53 medios terrestres y 19 puntos de vigilancia desplegados por la provincia, sumados a tres brigadas helitransportadas y cuatro helicópteros. “Seguimos con unos sesenta medios entre terrestres y aéreos, no se ha incrementado el músculo del Infocam. En este contexto de incendios simultáneos y megaincendios más que la cantidad es la calidad. Es más conveniente estar mejor formados y tener más capacidad y solvencia. Muchas veces cuando mandas más recursos a un incendio también mandas problema de cobertura y logística”.
Este año el personal del plan Infocam de Castilla-La Mancha ha participado en misiones internacionales en Canadá (por los incendios de junio, la más llamativa), y se han hecho nueve colaboraciones muy potentes en España, “cuando vamos a ayudar procuramos ir con nuestro avituallamiento para intentar no generar otro problema”.