La campaña del aceite de oliva cerró el mes de julio en Ciudad Real con algo más de 22.000 toneladas de aceite en sus casi 80 almazaras, tras registrar importantes salidas al mercado, pero a precios muy bajos.
Hasta el décimo mes de la temporada oleícola (1 de octubre-30 de septiembre), la provincia registró ventas del 66,5% -43.757 toneladas- del total de sus fondos, 65.809 toneladas, entre las 34.624 t de aceite de la nueva producción y las 31.185 t del stock del inicio, según los últimos datos publicados por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA).
Las ventas se han mantenido a buen ritmo, con picos en los meses de confinamiento, por el aumento del consumo interior, aunque no han estado acompañadas por los precios.
El dinamismo comercializador en la provincia ha hecho que dos terceras partes de los depósitos se hayan vaciado, tras contabiliar ventas al mercado de 43.757 toneladas de las 65.809 t totales. La diferencia son 22.089 toneladas, correspondiente a la cifra de las existencias actuales, muy por debajo de las contabilizadas al inicio de campaña, que representaron una de las causas para tirar de las cotizaciones hacia el suelo.
Los precios son el principal problema del sector, sobre todo para los cooperativistas y productores, y siguen estancos ante la apertura a poco más de un mes de la nueva campaña.
La estadística de los precios medios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha recogido repuntes semanales entres los días 17 y 23 de agosto, con 2,29 euros más la tonelada de aceite oliva virgen a la salida de las almazaras, hasta los 178,82 euros. Para los lampantes, la media de venta en las operaciones, según el ministerio, en origen alcanzó los 167,7 euros, tras un incremento del 1,14 euros. Con todo, son valores muy bajos para un alimento natural y de gran calidad.
Menos existencias
A 1 de octubre, la provincia contará con un volumen sensiblemente inferior a las 31.185 toneladas de existencias con que se realizó el enlace a la presente temporada, y podrían quedarse en la cifra de inicio de la campaña precedente (15.673 t), según los datos publicados por el organismo.
Ante estas cifras de existencias a la baja, en teoría deberían aumentar los precios, aunque distintas voces dudan de una respuesta favorable y apuntan a un retraimiento en la intención de compra, en parte, según prevén, por una campaña 2020-2021 con más producción.
Una solución para estabilizar los precios sería la norma que tramita el MAPA para contar con un mecanismo de retirada obligatoria para los productos del olivar.
La medida permitirá, a partir de la entrada en reglamento del RD, cuya aprobación está prevista este otoño, equilibrar el funcionamiento del mercado de los aceites de oliva, mediante un ajuste de la oferta y la demanda.