La solemne Eucaristía fue concelebrada por el Cabildo Catedral, así cómo por otros sacerdotes del arciprestazgo, -entre ellos el rector del Seminario Diocesano-, cuyos seminaristas mayores se ocuparon del acompañamiento musical. Ocuparon lugares destacados la Corte de Honor de la Santísima Virgen; el presidente y otros miembros de su Ilustre Hermandad; representantes de distintas hermandades de Pasión y Gloria; así cómo los hasta ayer diputado regional del Partido Popular, y concejales del mismo grupo político, Francisco Cañizares, Rosario Roncero y Miguel Ángel Poveda. Ocupaban el recinto sagrado varios centenares de fieles.
Homilía
Tras recordar que esta “Misa del Voto de Villa” se viene celebrando, cómo antes decía, desde la segunda mitad del siglo XVIII por acuerdo entre el Ayuntaamiento y el Cabildo, Gerardo Melgar nos invitaba a caer en la cuenta de que esta fecha tiene que ser, por nuestra parte, de agradecimiento por la aparición de la Virgen, a la vez que un día en el que darnos cuenta de la necesidad de seguir rezando y queriendo a María Santísima, en nuestro caso bajo la advocación del Prado, explicando a los más jóvenes, a los niños, que hay que estar agradecidos a Ella, porque se preocupa de todos y cada uno de nosotros.
No podemos olvidar, decía el prelado, que en María tenemos una gran intercesora ante Dios, especialmente en los momentos en que nos abordan tantas dificultades y de tantos tipos, debiendo ser esta fiesta de San Urbano, igualmente, fruto del amor y de la fe, teniendo siempre la certeza y la seguridad de que María es el auténtico modelo de vida cristiana al que en todo momento hemos de intentar seguir, a pesar de las trabas que la sociedad nos pueda imponer.
Concluyó la celebración litúrgica con el himno en honor a Santa María del Prado, Reina de Ciudad Real, a quien siempre han invocado sus hijos con fe filial.