La Plaza Mayor de Ciudad Real olía este lunes a pan. Pero a pan de ese de calidad, recién hecho, al que asociamos al hogar. Y es que la Asociación de Fabricantes y Expendedores de pan (AFEXPAN), con el apoyo del Ayuntamiento de Ciudad Real, ha celebrado el Día Mundial del Pan repartiendo más de 1.000 panes entre quienes se han acercado por la Plaza Mayor.
Así lo ha explicado el concejal de Promoción Económica del Ayuntamiento de Ciudad Real, José Luis Herrera, quien tras recordar que la pasada semana ambas entidades firmaron un convenio de colaboración, ha destacado la importancia de reivindicar la labor de los panaderos -un negocio muy arraigado en la ciudad ya que hay más de 180 panaderías-, porque el pan es un producto natural de calidad incluido en la dieta mediterránea.
Asimismo, Herrera no ha olvidado que el Pan de Cruz es la única Indicación Geográfica Protegida -figura que reconoce la calidad de un producto- “que tenemos en la ciudad y queremos contribuir a la promoción de un producto que forma parte de la alimentación mundial desde la prehistoria”.
Por su parte el presidente de AFEXPAN, Rafael Lorca, ha recordado que esta efeméride lleva celebrándose desde hace once años con el objetivo de reivindicar un alimento “básico y natural que debe formar parte de nuestra dieta, pero siempre apostando por un pan de calidad elaborado en panadería que nada tiene que ver con el elaborado en cadenas o en grandes superficies”.
Lorca ha subrayado que solo hay cuatro IGP de pan en el país y una de ellas es la del Pan de Cruz de Ciudad Real, sin conservantes añadidos y realizado de forma artesanal desde hace más de 600 años. Además, ha agregado, en la actualidad hay ocho empresas que lo elaboran siguiendo las condiciones que se establecen en la IGP “y este año queremos duplicar esa cifra”.
El presidente de AFEXPAN, que ha destacado que el Pan de Cruz de Ciudad Real, se caracteriza por una miga blanca, corteza fina y suave, además de por ser sano y aguantar varios días “perfectamente”, ha reconocido que se ha producido un descenso en el consumo de este tipo de pan.
“Una de las causas por las que creemos que puede haber descendido es que estas piezas eran de un gran tamaño para llevarlo a los caseríos porque aguantaba mucho, por lo que ahora estamos apostando por formatos más pequeños”, apostilla.
Exigir calidad en el pan
Un descenso que también se ha producido en el consumo de otros tipos de pan, en opinión de Rafael Lorca, porque las familias son más pequeñas en la actualidad, tienen menos miembros que antes.
Sin embargo, el aspecto positivo, es que “están acostumbrándose a exigir calidad en el este producto, un hidrato de carbono limpio que es fundamental en la dieta, si no se mezcla con grasas saturadas, es el más saludable que tenemos ahora mismo”.
Eso no implica, ha lamentado Lorca al recordar que hay 2.000 panaderías en la provincia, que haya desaparecido la competencia desleal que “ha desvirtuado” este producto “porque se usaba como reclamo en gasolineras, grandes superficies… Y era un mal producto”.
