Consuelo Martín, recepcionista del centro de Pilates Guadiana de Ciudad Real, explica al Lanza la complicada situación que en estos momentos están atravesando como consecuencia de la Covid-19.
“Ahora mismo estamos cerrados. Y es que, a pesar de ser un centro único y exclusivo de pilates, teniendo a grupos muy reducidos y haciendo un trabajo muy personalizado, estamos dentro de la categoría específica de los gimnasios” por lo que “al encontrarse Ciudad Real capital con las medidas especiales de Nivel 3 “nos han reducido el aforo a un 20%. Y únicamente con dos personas por clase no podemos seguir con el negocio, por lo que ahora mismo el centro está cerrado”.
Martín indica como en condiciones normales en el centro “solemos dar clase a unas siete u ocho personas” a lo que añade que “ya cuando Ciudad Real se encontraba en la fase 2 estábamos solo cuatro personas por clase, con lo que ya resultaba difícil seguir adelante”.
Desde su punto de vista 2020 ha sido un año muy difícil. “Durante el primer día en que se decretó el estado de alarma y con el confinamiento domiciliario el centro de pilates estuvo cerrado a cal y canto. En ese momento les dijimos a nuestros clientes que no había clases, circunstancia que entendieron perfectamente, ya que ninguno de ellos protestó”.
En este sentido, quiere dejar claro que, desde este centro de pilates, que el próximo verano cumplirá tres años de vida, cumplen a rajatabla con todas las medidas de seguridad establecidas. “Nuestros clientes se limpian los pies y se desinfectan las manos en la entrada del centro. Asimismo, disponemos de un termómetro para medir la temperatura y tenemos mascarillas por si a algún usuario se le rompe la suya. Los clientes, a su vez, tienen que traer obligatoriamente su toalla para ponerla encima de la colchoneta por motivos de higiene”.
Por todo ello, la recepcionista del centro de Pilates Guadiana no entiende porque se les ha catalogado con las mimas medidas y restricciones que a los gimnasios. “Somos un centro donde no hay contacto físico entre unos clientes y otros. Y es que cada uno se pone en su sitio y no mantiene contacto con los demás”, a lo que añade que “en el centro también tenemos muchísima ventilación, porque hay un patio grande y abrimos las puertas que dan a este lugar”.
A pesar de la complicada situación que están atravesando, y a que en estos momentos se encuentran cerrados como consecuencia de las medidas restrictivas y de seguridad que les han impuesto, desde el centro de Pilates Guadiana se plantean la posibilidad de volver a abrir sus puertas una vez que mejore la situación por los contagios en Ciudad Real y la capital deje de tener medidas especiales de nivel 3. “Estamos recibiendo muchos mensajes de nuestros clientes diciéndonos que tengamos paciencia y que ellos están deseando de volver. Todo va a depender de en qué condiciones nos dejen seguir. Pero creo que sí podremos arrancar otra vez”, matiza Martín.
Centro de entrenamiento personal
Otro de los negocios que se dedica a la actividad deportiva en Ciudad Real es el centro de entrenamiento personal y rendimiento para deportistas Miky Monroy. Si bien su propietario reconoce que el pasado año fue “complicado” tanto por la pandemia como por “todas las limitaciones que nos han impuesto”, Miky Monroy es consciente de que por el tipo de actividad que realizan, y al tratarse de grupos reducidos en los que cada profesor entrena a una o dos personas como máximo, su situación no es como la que atraviesan otros centros deportivos que han tenido que cerrar sus puertas hasta que mejore el temporal provocado por la pandemia.
En cualquier caso, Monroy aclara que durante 2020 también han pasado por momentos de cierta dificultad, en especial cuando tuvieron que cerrar al decretarse el primer estado de alarma. Tampoco entiende como a su negocio lo han catalogado dentro del sector del ocio. “Nosotros pertenecemos oficialmente al sector del ocio y, como tal, somos a los primeros que limitan. Esto es algo que estamos intentando cambiar, porque un centro deportivo no es ocio, sino que es una parte importante para mejorar la salud de las personas”.
“Ahora mismo Ciudad Real tiene medidas especiales de nivel 3, circunstancia que, aunque siempre dificulta mucho la actividad, afortunadamente, en un caso como el mío, no nos impide trabajar”.
En esta línea señala que, como consecuencia de las medidas restrictivas adoptadas, “también nos han obligado a remodelar nuestros negocios, pues debemos de tener mucha más distancia de seguridad y adoptar medidas de limpieza y de prevención. Esto nos ha llevado a realizar una importante inversión económica y a tener que limitar el aforo más todavía para controlar las medidas de seguridad”.
“En mi centro en concreto, como se trata de una zona grande, en la parte de arriba hemos habilitado una zona sucia donde la gente se cambia de zapatillas, entre otras acciones”.
Un aspecto a destacar es que en todo momento durante la actividad física los clientes del centro de entrenamiento personal Miky Monroy están con la mascarilla puesta. “Al principio fue un problema, sobre todo cuando la gente no estaba acostumbrada a la mascarilla, pues había personas que pensaban que si corrían con ella se iban a asfixiar. Incluso algunos de nuestros clientes decidieron no venir por la obligatoriedad del uso de la mascarilla”.
En este centro de entrenamiento deportivo ahora mismo tienen reducido el aforo al 20% del total. Por este motivo, “lo que hacemos normalmente es tener como máximo a dos personas por cada hora y por entrenador. Actualmente estamos tres entrenadores, por lo tanto, en las instalaciones pueden coincidir como máximo 6 clientes y tres entrenadores. Pero eso solo sucede en los momentos puntuales. Además, nuestro centro tiene unas grandes dimensiones que nos permiten que todas las personas puedan estar alejadas entre sí más de dos metros, por lo que guardan la distancia de seguridad sin problema”.