Desde pequeño Rafael de la Cruz siempre soñó con montar una hamburguesería en Ciudad Real. Un día, cuando Rafa vivía por la céntrica calle Infantes, subió al campanario de la Catedral y allí le comentó a sus amigos que de mayor quería tener una hamburguesería. Y ese deseo de la infancia no solo se convirtió en una realidad, sino que, a día de hoy, aún perdura muy sólido y con más fuerza que nunca. 33 años avalan a la hamburguesería Rayfer, un negocio que ya se ha convertido en un auténtico templo gastronómico para los amantes de este tipo de comida en Ciudad Real.
Rafa no lo tuvo fácil a la hora de montar su restaurante, un negocio que ya es uno de los más duraderos de cuantos conviven en la capital manchega. Quizá su afición por el noble y sacrificado deporte del boxeo también le ha servido para ser perseverante, no ceder ante las dificultades y poder superar todas las adversidades que le ha ido deparando la vida dentro del terreno profesional.
La historia del mítico Burguer Rayfer se remonta más de tres décadas en el tiempo. Por aquel entonces, Rafael de la Cruz era el encargado de una sala rociera ubicada en la ciudadrealeña calle Calvario. Un buen día se puso en contacto con Fernando Romero, con quién le unía una gran amistad y entre los dos decidieron montar una hamburguesería dentro de un local situado en la calle Hidalgos (el mismo donde aún perdura Rayfer). Así, con mucho sacrificio, pero con más ilusión, decidieron embarcarse en el apasionante pero siempre sacrificado mundo de la hostelería. Y ahí también surgió el nombre de Rayfer, de la unión de los nombres de Rafael y Fernando. “Por aquella época solo ofrecíamos a nuestros clientes hamburguesas, sándwiches y perritos”.
Pero Fernando tan solo aguantó en esta aventura diez meses, motivo por el cual tuvieron que partir el negocio. Y lo que comenzó siendo un proyecto de dos personas derivó en que Rafael se convirtió en el único ‘capitán’ al mando para llevar el establecimiento a buen puerto.
“Con el tiempo el negocio fue a más y decidí ir ampliando el local, a la vez que introduje otros productos como platos combinados, baguettes, etc.”.
Rafael confiesa que el camino hasta llegar aquí no ha sido fácil. Es más, todavía sigue reconociendo que se trata de un oficio muy sacrificado. Pero continúa sintiendo una gran satisfacción cada vez que los clientes hablan bien de sus productos, de la atención prestada en el servicio y de la calidad recibida.
“La clientela que tenemos ha sido lo mejor que me ha pasado en mi vida. Por ello, hay que cuidarla y darle lo mejor. Y ahí es donde aspectos como la imagen y el hecho de ofrecer un servicio profesional y de calidad desempeñan un papel fundamental”.
El propietario del negocio también es consciente de la importancia que tiene el rodearse del mejor equipo profesional. “Somos todos como un gran equipo. Cada uno sabe la función que tiene que desempeñar para que todo funcione correctamente. Me enorgullezco del equipo que tengo, y soy consciente de que sin ellos no habría llegado hasta aquí”.
Por este hecho, Rafael no considera que tenga trabajadores dentro de su establecimiento, sino que los define como una familia. “Aquí no hay jefe, pues todos somos compañeros. Evidentemente tiene que haber una persona que marque las pautas, que soy yo mismo. Pero todos somos como una gran familia. Y el equipo profesional que tengo es de lo mejorcito que hay en Ciudad Real”.
Con el paso del tiempo, Burguer Rayfer, cuyo local ha experimentado hasta cinco importantes reformas, también ha ido incrementando su oferta gastronómica, ofreciendo además de los ya comentados perritos, hamburguesas, sándwiches, platos combinados y baguettes, otros complementos como alitas, nuggets y finger de pollo, aros de cebolla, tres tipos de patatas, chuletón de vaca, costillares, hamburguesa de pollo, hamburguesa de buey, etc. La carta también se encuentra adaptada a las intolerancias alimentarias o alergias.
El secreto del éxito de la hamburguesa Rayfer
Pocos burguer pueden presumir de que su producto estrella permanezca, altivo e impasible, durante 33 años en el tiempo, utilizando los mismos ingredientes que le dieron fama y sin perder ni un ápice de su calidad, esencia y sabor. Ese no es otro que la hamburguesa ‘Rayfer’, un producto que ya permanece instalado en la memoria de muchos ciudadrealeños y visitantes que un buen día decidieron probar el sabor de esta hamburguesa para experimentar un universo de sensaciones, sabores, texturas y colores.
La hamburguesa Rayfer sigue utilizando el mismo pan que llevaba hace 33 años. Y la composición de la carne, que también sigue siendo la misma, se ha convertido en un secreto que tan solo conocen Rafael de la Cruz y el fabricante, que permanece fiel desde el primer día, al igual que el carnicero. “Durante las más de tres décadas de historia que tenemos, sigo trabajando casi con los mismos proveedores que tenía cuando empecé. La mayoría son de la provincia de Ciudad Real, aunque también hay alguno de otras partes de Castilla-La Mancha”.
Parece mentira que una cosa tan pequeña, pero tan grande a la vez, pueda transmitir esas sensaciones con tan solo probarla. Pero eso es exactamente lo que consigue esta hamburguesa que también lleva como ingredientes jamón york, huevo, bacon, lechuga, tomate, cebolla, pepinillos, anchoas y queso. No es de extrañar que la hamburguesa Rayfer siga siendo la más vendida dentro del establecimiento. Y eso que no ha sufrido variación alguna en sus 33 años de vida.
Con el fin de ser transparentes al cien por cien, y para que la calidad y la limpieza que se emplea en el establecimiento permanezca visible, aquellos clientes que lo deseen pueden comprobar todo el proceso de elaboración, es decir desde que el producto empieza a abrirse hasta que se elabora, se compone y se monta en el plato, puesto que la cocina se encuentra a la vista del público.
En la actualidad la plantilla de Rayfer está formada por 16 trabajadores, los cuales se turnan para que este negocio pueda abrir todos los días de la semana de lunes a domingo, pues tan solo cierra sus puertas el 24 y el 31 de diciembre.
Periodo de pandemia
La llegada de la COVID también supuso un serio contratiempo para todo el sector hostelero. “Nosotros, afortunadamente, nos hemos ido defendiendo. Durante la pandemia tuve que cerrar durante unos 50 días. Y en los primeros momentos nos tuvimos que dedicar únicamente al servicio a domicilio, ya que no podíamos abrir el interior del local”.
Importancia de las redes sociales
Rafael de la Cruz es consciente a su vez de que, a pesar de aquellos periodos nostálgicos en los que el ‘boca a boca’ era lo que primaba, las redes sociales se han convertido en la actualidad en una pieza fundamental dentro de los negocios. “Son lo que mejor funciona hoy en día. De hecho, hace unos días cumplimos 33 años, y a través de las redes sociales pudimos difundirlo. También sirven para llegar al público más joven. Por eso contamos además de con nuestra propia página web con un perfil en Facebook y con una cuenta en Instagram”.
Ya han pasado 33 años desde que Rayfer abrió sus puertas en la Ciudad Real. Y, a pesar del paso del tiempo y de los cambios generacionales, sigue contando con la misma buena salud gastronómica que la del primer día. Esperemos que sea por muchos años más.