La sección segunda de la Audiencia de Ciudad Real ha absuelto de estafa y falsedad documental a dos pequeños empresarios de Malagón acusados de emitir tres pagarés (letras de cambio) “de favor” entre sus respectivas empresas para estafar a Unicaja, con la póliza de cobertura de la empresa de uno de ellos, Obras Donaire.
El tribunal falla que ni el dueño de Obras Donaire, J.L.D.L., ni el otro acusado, J.A.A.J., gerente de Jucajo, han cometido ningún delito en un asunto que se remonta al año 2013 cuando se libraron tres pagarés por 78.641 euros de Jucajo a Obras Donaire, para que esta última consiguiera liquidez, pero que diez años después Unicaja Banco no ha cobrado.
La sala falla que la emisión de un pagaré de favor no es una acción delictiva y que no ha quedado acreditado que estos tres en cuestión tuviesen como fin estafar. Obras Donaire y Jucajo emitieron veintiún pagarés entre los años 2011, 2012 y primeros meses de 2013, diecinueve de ellos se pagaron al banco a su vencimiento puntualmente, y tres no, según explicó en el juicio el principal acusado, porque a su vez dejó de cobrar de una empresa grande, en los años de la crisis financiera, y no pudo hacer frente a gastos corrientes de su empresa.
La sección segunda de la Audiencia considera poco menos que irrelevante que el dueño de Jujajo dijera que no firmó esos pagarés, con los que la otra empresa consiguió liquidez pero no devolvió al banco. “No ha quedado acreditado que J.A.A.J. firmara personalmente los pagarés descontados pero, conforme con la dinámica descrita y para llevarla a cabo, facilitó el talonario auténtico que le había entregado Globalcaja y autorizó y consintió que su gestora [ya fallecida] y contra la que no se dirige este procedimiento los firmara”, dice textualmente la sentencia, que se notificó el viernes a las partes.
«No advertimos delito de estafa»
“No advertimos que los hechos declarados probados constituyan delito de estafa ni de falsedad, porque la pretensión de los acusados no fue otra que la de proporcionar financiación a Obras Donaire SLU, en lo que ambos estaban de acuerdo”, añade el fallo.
El empresario que recibió el dinero del banco a través de los pagarés, J.L.D.L., propietario de Obras Donaire, contó en el juicio a finales de octubre que los pagarés los libró la empresa del otro acusado, J.A.A.J., Jucajo, en marzo, abril y mayo de 2013, porque estaba apurado y necesitaba el dinero. En febrero de ese año una gran empresa le paró una obra en Badajoz y no pudo hacer frente a esas letras y a otras contingencias: nóminas, combustible, seguros sociales, etc, “cuando una de esas grandes [en este caso del grupo ACS] para una obra las pymes nos quedamos con el pastel”, explicó.
Contó que uno de los pagarés los firmó en su presencia J.A.A.J., y los otros dos, posiblemente la gestora de ambos, una mujer ya fallecida, “a mí me los daban ya firmados”. Llevaban dos años haciéndose este tipo de favores, una sociedad le firmaba un pagaré a otra con cargo a una póliza bancaria para un apuro de liquidez, y luego se devolvía ese dinero al banco. Y dice que aquí sucedió lo mismo solo que no pudo pagar (la reclamación del dinero se lleva en un proceso civil).
Uno de ellos negó haber firmado, por eso el juicio penal
El asunto ha llegado a lo penal porque J.A.A.J., la persona que firma en nombre de Jucajo “páguese a Obras Donaire”, declaró que las firmas no son suyas, que están falsificadas y que no facilitó la chequera de su empresa para eso.
Hay dos firmas falsificadas según el perito
Un perito policial, que testificó en el juicio tras estudiar a fondo las firmas, concluyó que había dos firmas falsificadas de J.A.A.J., pero dio por buena una de ellas.
Unicaja pidió en el juicio dos años y tres meses de prisión para el dueño de Obras Donaire y un año y nueve meses para el administrador de Jucajo, además del dinero de los pagarés y una multa de doce y nueve meses de multa, respectivamente, a razón de 12 euros diarios.