La sección segunda de la Audiencia de Ciudad Real ha absuelto al refugiado afgano G.M.S., de 25 años, de agredir sexualmente a una compatriota de 23 años con la que entabló una relación de amistad en el año 2022, que lo denunció por violación.
El tribunal no ve lo suficientemente “consistente” el relato de la presunta víctima como para enervar la presunción de inocencia del imputado y hace hincapié en las contradicciones del testimonio, y la falta de elementos de corroboración periférica de la presunta agresión sexual, que denunció dos meses y medio después.
“No contamos con ningún elemento periférico que corrobore la versión de la mujer pues no se puede tener por tal el hecho de que quedara embarazada, circunstancia que solo constata la existencia de una relación sexual completa que entre adultos”, dice textualmente la sentencia a la que ha tenido acceso Lanza.
Lo que el tribunal considera probado
La joven y el acusado, que ya no viven en Ciudad Real, se conocieron a mediados de septiembre de 2022 en la Fundación Cepaim y entablaron una relación de amistad. Fruto de esa relación previa una noche de mediados de septiembre la mujer fue a casa de G.M.S., a pedirle aguja e hilo para coser, y mantuvo relaciones sexuales completas, que según la sala no ha quedado acreditado que fueran sin su consentimiento.
Meses después, cuando comprobó que se había quedado embarazada y que él la había borrado de sus contactos, denunció la agresión sexual y acabó interrumpiendo el embarazo.
Eduardo García de León, el abogado del turno de oficio que ha defendido al acusado, asegura que la sentencia es justa, que siempre creyó en la inocencia de su representado.
En este caso no había prueba forense ni testimonios de otras personas, más que el de la víctima y el acusado.
Pensó que ella se inventó lo del embarazo
El investigado reconoció el juicio la relación sexual y explicó que cortó la relación con la chica porque entró en pánico cuando le dijo que se podía haber quedado embarazada, que ella le mandaba mensajes diciéndole que le gustaba, y pensó que el embarazo era una excusa para hacerse novios y casarse.
La sentencia todavía no es firme, se puede recurrir. La joven no ha ejercido la acusación particular en el caso.