J.M.G., un toxicómano con antecedentes por atentado a la autoridad, ha reconocido hoy ante la Audiencia Provincial que apuñaló varias veces a un conocido hace dos años en Ciudad Real, y ha aceptado una condena de 4 años de cárcel por intento de homicidio.
Le pilló un dedo a un policía
La sentencia, que dictará la sección primera de conformidad con la defensa, incluye una pena adicional de siete meses de multa por resistencia a la autoridad, daños en dos vehículos policiales y lesiones leves (le pilló un dedo) a un policía, tras su detención poco después de la reyerta, sobre las once de la noche del 17 de junio de 2016 en el parque de la plaza de toros de la capital.
Actuó en pleno síndrome de abstinencia
La fiscalía considera probado que actuó en pleno síndrome de abstinencia (se lo diagnosticaron en el hospital) y ha aplicado la atenuante de drogadicción. Además su familia ha pagado los 1.211 euros en concepto de indemnización a la víctima (se recuperó en once días) y por los daños en los coches policiales, lo que se considera reparación del daño y ha contribuido a la rebaja de un grado de la pena inicial que era de siete años, según ha explicado el fiscal jefe Luis Huete.
“Es un acuerdo justo, hemos conseguido rebajar la pena del mínimo legal que es cinco años. Se ha demostrado que mi cliente es un adicto que estaba afectado por las drogas”, ha declarado el abogado defensor Miguel López tras el acuerdo, que ha evitado el juicio.
Solo dos cicatrices internas como secuela
J.M.G., que está en prisión desde su detención hace dos años, ha reconocido que ese 23 de junio forcejeó con otro habitual del parque de la plaza de toros de Ciudad Real con el que había tenido un problema previo y le dio dos puñaladas en el costado, que no fueron tan profundas como se pensó en principio. La víctima tiene como secuela dos cicatrices internas sin perjuicio estético.