A.M., un inmigrante rumano afincado en Tomelloso, ha sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial a tres guardias civiles de ese puesto (al menos cuando sucedieron los hechos), acusados de graves delitos de torturas, coacciones, amenazas y lesiones.
Sin embargo la fiscalía entiende que no hay indicios de delito, en todo caso de una falta de lesiones, y pide la libre absolución.
Ocurrió en el bar siglo XX la noche del 16 de febrero de 2014. Según el denunciante él estaba en el local en el que trabajaba su excompañera sentimental, cuando llegaron cinco guardias uniformados y le dijeron que se marchara de allí, no les hizo caso, y se inició una bronca con ellos, hasta que lo sacaron del bar arrastras y le pegaron patadas y empujones.
Indignado por lo que supuestamente le había ocurrido, se fue al cuartel a denunciar, hasta que llegaron allí los protagonistas del incidente que según su versión lo encerraron en el calabozo y estuvieron vejándolo y amenazándolo.
Después lo dejaron salir de allí y se fue a la Policía Local a denunciar. En esas dependencias se le informó (no tenía lesiones graves en apariencia) que fuera al hospital y después al juzgado de guardia a denunciar. Pero sólo hizo lo primero, la denuncia la puso dos meses después, porque según su abogado “nadie en Tomelloso quería llevar su caso”.
Los agentes acusados -en el banquillo se sientan tres, el denunciante no conoce a los otros dos- niegan la mayor parte de los hechos.
Los guardias explicaron que fueron al bar a tomar café y vieron a A.M., con antecedentes por malos tratos, molestar a la camarera, a la que conocían de ir allí, por lo que “invitaron a salir” al denunciante, que supuestamente se puso chulo con ellos y se inició una bronca en la que reconocen que terminaron sacándolo del local, pero empleando la fuerza reglamentaria (le agarraron de un brazo y la cabeza).
En cuanto al incidente del cuartel, dicen que se negaron a recogerle la denuncia porque uno de los guardias estaba ese noche para recoger denuncias, y no podía intervenir en algo que le afectaba directamente. Nada más.
La acusación particular que ejerce el abogado Rubén Barrios reclama 17 años de prisión para cada uno de los guardias.
Esta parte ha aportado una grabación hecho con el teléfono móvil del denunciante en la que escucha a los agentes discutir con la presunta víctima A.M.
El juicio continuará este miércoles con la declaración de varios peritos.