Dos versiones contrapuestas se han escuchado este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia de Ciudad real en un juicio en el que tres personas son acusadas de apuñalar y tirar por una ventana desde un segundo piso a una mujer en Alcázar de San Juan por un tema relacionado con drogas.
El fiscal pide 9 años de prisión para dos mujeres, J.S.C. y A.M.F.P., y para un hombre, L.M.F.R., pareja de la primera. Las dos mujeres y la víctima, R.L.L., trabajaban en un club de alterne de Miguelturra.
En la madrugada del 29 de noviembre de 2015, los cuatro, presuntos agresores y víctimas, junto a otra mujer, al finalizar su jornada de trabajo se trasladaron desde Miguelturra a Alcázar de San Juan, donde la pareja y la tercera encausada vivían.
La versión que han dado los acusados, sobre todo J.S.C., es que la víctima no conocía Alcázar de San Juan y quería conocerla aprovechando un día libre que tenía. La tercera acusada vivía en el tercer piso del mismo bloque donde residía la pareja, que estaba en la segunda planta. La víctima ha aportado que el viaje que realizaron juntos a Alcázar de San Juan estaba relacionado con un tema de drogas.
Al llegar a Alcázar, dejaron a la otra personas en su domicilio y el resto del grupo se fue para el bloque donde residían, yéndose A.M.F.P. a su casa y la pareja, L.M.F.R. Y J.S.C., al piso de estos junto a la víctima.
Aunque era una hora muy avanzada, 5 ó 6 de la mañana, se pusieron a ver una película, aunque estaban medio dormidos, según han reconocido en el juicio.
Según ha declarado la pareja, la víctima pidió un vaso de agua y, a partir de su ingesta, la mujer, supuestamente, comenzó en una especie de trance, con el rezo de oraciones, apelaciones a su hija y, según la pareja, cogió un cuchillo de la cocina –la casa era una pieza única- y se autolesionó clavándose el arma ella misma en el abdomen.
A partir de ahí, empiezan una serie de movimientos de estos dos acusados. El hombre sale de casa una vez y vuelve a oír un ruido de cristales rotos y, una vez segunda vez, ya ocurrida la supuesta autolesión, sale a la calle a buscar a la Policía Local, cuya sede estaba cerca de donde vivían.
La mujer, por su lado, sale al pasillo y sube al tercer piso para avisar a la tercera acusada, baja al segundo piso y al ver a la mujer con el cuchillo clavado en el abdomen, según ha dicho, se lo saca y lo deja encima de un microondas,
Luego –incluida la hija mayor de la tercera acusada, que había bajado con su madre- salen de la casa y dejan sola a la víctima. Según ha declarado A.M.F.P., tal como le indicó su hija, la propia víctima abrió la puerta de la vivienda. Nadie volvió a verla hasta que apareció en la puerta de la calle del bloque y empezó a ser atendida por las emergencias y las fuerzas de seguridad.
La agredieron y la tiraron por la ventana
La versión de R.L.L., la víctima, que pasó seis meses en el Hospital de Tetrapléjicos de Toledo y tiene declarada una discapacidad del 75 por ciento, ha sido contrapuesta.
Según ha dicho, la razón del viaje a Alcázar de San Juan era la de organizar un viaje a Santo Domingo, de donde son originarios. La discusión se inició cuando le propusieron que actuara como “mula”, es decir, que transportara dentro de su cuerpo drogas desde aquél país a España y ella se negó.
A partir de ahí, según ha explicado, se enzarzaron en una disputa en la que la mujer, J.S.C., acabó clavándole el cuchillo dos veces. Tras llamar ésta a A.M.F.P. y bajar esta desde el tercer piso, también ha desmentido la versión de esta.
No es que esta última –con la que ha dicho que no tenía ninguna relación tras una fuerte roce en el club de alterne-, sino que, al contrario, volvió a clavarle una tercera vez el cuchillo. “Yo no vi como lo hacía, pero sentí como un fuerte calor en esa parte del cuerpo”, ha señalado.
Finalmente, ha dicho, el hombre, L.M.F.R., la cogió y la trió por la ventana desde el segundo piso, cayendo boca arriba en el suelo al lado del portal del bloque.
La hija ratifica
Por su parte, la hija mayor de A.M.F.P., menor edad en el momento de los hechos, ha ratificado la versión dada los por los acusados y, especialmente, la de su madre de que intentó ayudar a la víctima sacándole el cuchillo del cuerpo.
Así mismo ha repetido y que la mujer se levantó y fue hasta la puerta de la vivienda para intentar salir. Cómo llegó a la calle, posteriormente, no ha sabido concretar si por la escalera o por el ascensor.
Por su parte, una médico de urgencias, la primera que atendió a la víctima, ha ratificado que la misma si parecía que estaba como rezando una oración cuando llegó a su altura, tal como decían los acusados que hizo en la casa.
La víctima, por su parte, ha señalado que empezó a sentirse mal tras beber el agua que le dieron. Agua que le dieron, ha remarcado, en una botella de agua, no en un vaso como habían dicho los acusados.
En la primera jornada del juicio, que continuará este jueves, ha quedado flotando la relación de los acusados con la droga –si traficaban, si consumían- y el estado mental de la víctima, dejándose caer que podría haber recibido tratamiento en algún momento de su vida y podría haber intentado suicidarse en alguna ocasión. Ella, la víctima, lo ha negado todo. “Ahora, después de lo sucedido, es cuando me tengo que tomar una pastilla”, ha concluido.