Jesús D.G., ‘Pitingo’, un toxicómano del barrio de Los Ángeles de Ciudad Real, se enfrenta a 6 años de cárcel por intentar matar al cliente de un bar del paseo Carlos Eraña porque instantes antes su mujer le negó un cigarro.
El perjudicado, J.F.M.T., que ha declarado en el juicio que temió por su vida, sufrió un corte en el cuello superficial, “un arañazo” (ni siquiera necesitó puntos), “con un puñal, navaja o similar plateado”, que no ha aparecido, de ahí que la defensa considere desproporcionada la acusación de intento de homicidio de la fiscalía. “Ni hubo navaja ni hay intento de homicidio, sólo unas lesiones leves, las antiguas faltas penadas con multa y este señor lleva un año y medio en prisión preventiva”, ha subrayado el abogado defensor Carlos Sánchez Peribañez.
La fiscal discrepa y alega que lo grave es la intención, no el resultado, y se escuda en los testimonios tanto de la víctima como de su mujer (la que le negó el cigarrillo), además de la declaración de un testigo presencial que confirma que ‘Pitingo’ no sólo rajó a J.F.M.T. sino que después lo persiguió “con algo plateado en la mano”.
“Yo le pedí un cigarro amablemente”
El protagonista, que ha acreditado varias décadas de adicción a las drogas, estaba en tratamiento de deshabituación cuando pasó esto; tomaba metadona y abusaba del Trankimazin. Y así “dopado” el 24 de marzo del año pasado salió de casa de sus padres a dar una vuelta por su barrio sobre las ocho y media de la tarde. Vio a una mujer que fumaba en la terraza de un bar del paseo Carlos Eraña y la abordó: “Yo lo pedí un cigarro amablemente y este señor [el marido] vino a pedirme explicaciones de mala manera, le empujé y empezó a perseguirme”.
En cuanto a por qué el marido se cortó en el cuello, admite que puede que de forma involuntaria le diera “con el filo de unas llaves”
Maldiciones gitanas a su mujer
El agredido, que sigue teniendo miedo del acusado y su familia (la sala le ha permitido declarar por videoconferencia tanto a él, como a su mujer y al otro testigo), refiere lo contrario. Ha explicado que estaba con su mujer y su hija tomando algo en el bar, que la esposa salió a la calle a fumar y el acusado se dirigó a ella para pedirle un cigarro, como se lo negó empezó a proferir “maldiciones gitanas”.
Se dio cuenta del navajazo al ver la sangre
En ese punto el marido interviene para pedirle que se vaya: “Y entonces empezó a darme voces”, ha declarado, acto seguido según recuerda “se echó mano al bolsillo de la cazadora y sacó un puñal plateado con el que me agredió. Fue tan rápido que al principio pensé que me había dado un torta, me di cuenta que era un navajado al ver la sangre”.
Después le ha contado al tribunal dice que se puso tan nervioso que echó a correr con el acusado persiguiéndole “con la navaja en la mano”. Fueron otras personas de los bares de al lado los que lograron que ‘Pitingo’ dejara de perseguirlo. Lo ha confirmado un testigo que lo vio todo, aunque no el detalle de si el acusado llevaba navaja o puñal, “era algo plateado”, ha manifestado.
Por estos hechos ‘Pitingo’ lleva en prisión provisional desde el 26 de marzo de 2017. La víctima sólo necesitó unas curas, ni siquiera sutura.
Los forenses han declarado que el corte, de 17 centímetros y en una zona vital, no fue grave “porque instintivamente la víctima se apartó y sólo afectó a la piel”.