Profundo agradecimiento y reconocimiento; testimonio misionero por parte de la hermana Santa Ruiz Rivera -religiosa de la congregación Hermanas de la Virgen del Monte Carmelo- y buena música, bajo el lema «Besos y suspiros», por parte de la Agrupación Musical y Cultural Banda de Música de Puertollano -dirigida por José Manuel García Pozuelo-, conformaron, en su conjunto, el acto cumbre de la presentación de la sesenta campaña contra el hambre, promovida por la organización no gubernamental y para el desarrollo Manos Unidas, en el arciprestazgo de Ciudad Real.

El Teatro Municipal Quijano acogió el evento al que asistieron, entre otras autoridades civiles y religiosas, el obispo de la diócesis, Gerardo Melgar; el vicario general, Tomás Villar; el diputado regional, Francisco Cañizares; la diputada provincial, Montserrat Casero; Matilde Hinojosas, -del área de Acción Social y Cooperación Internacional-, y Manoli Nieto, del área de festejos y ordenación urbana, concejalas del Grupo socialista, y Pedro Lozano, concejal del grupo popular, aparte de numeroso público que prácticamente ocupó todo el patio de butacas, reportando unos beneficios económicos, según opinión aún no definitiva del presidente provincial de la ONGD, Pelayo Dorado, aproximados a los 2000 euros.
Agradecimientos
Comenzó el acto con el visionado del vídeo institucional, que sirve como recuerdo de los sesenta años y cómo invitación a concienciarnos con el eslogan de la campaña «Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas». A continuación intervino Pelayo Dorado, que con brevedad, a la vez que con acierto, tuvo palabras de profundo agradecimiento para quienes durante estos sesenta años han trabajado en Manos Unidas, especialmente en nuestra diócesis.

Tuvo un sentido recuerdo para las presidentas que ya no están entre nosotros, y homenajeó a las que todavía nos podemos encontrar en la calle, cómo María Jesús Puig, Mercedes Ledesma, o Beni Asensio, sí como a los diferentes equipos de colaboradoras, -desde hace apenas unos años también hay colaboradores-, por el trabajo realizado en este más de medio siglo.
Tuvo, igualmente, muestras de elogio para las autoridades de cada época, para los medios de comunicación,… y en general, para todos los y las que trabajamos «echando una mano» a esta organización no gubernamental y para el desarrollo, que es Manos Unidas.
Testimonio misionero
A continuación, hizo uso del ambón la misionera, hermana Santa Ruiz Rivera, que nació en 1975 en República Dominicana, y que actualmente está destinada en Haití. Nos habló, -ilustrando su disertación con cuadros sinópticos e imágenes fotográficas-, de las precariedades que sufren en la zona de Anse á Pitres, no solamente en lo referente a alimentación, sino en cuanto a higiene, sanidad, educación, integración social,…
Haciendo mías ahora las palabras de una buena amiga, ojalá y hubiesen escuchado tan dramático y real testimonio quienes «pasan» o dudan de la labor que realizan los misioneros, a la vez que del destino de lo que se recoge en campañas cómo ésta de Manos Unidas, ONGD para la que, al término de su testimonio, manifestó, en su nombre y en el de los beneficiados, total agradecimiento la hermana Santa Ruiz Rivera.
El concierto
No todo iba a ser oratoria. Tras el turno de la hermana Rosa, comenzaba el concierto de la Banda de Música de Puertollano. Por algo cuenta esta asociación musical con numerosos galardones, tales que en el certamen «Villa Mota del Cuervo», «Villa de Altea», «Villa de Olivares»,… por algo fue reconocido su director como el mejor de Castilla-La Mancha,…

Decimos todo ésto a la vista de la maestría con que interpretaron temas seleccionados de las obras más célebres de dos géneros clave en la historia de la música española: Zarzuela y Pasodoble, haciéndonos disfrutar de «lo lindo» con temas tan entrañables y conocidos cómo «Suspiros de España», de Antonio Álvarez; «Amor de hombre», -de La leyenda del beso-, de Soutillo y Vert; el preludio de «El Bateo», de Federico Chueca; «Cielo andaluz», de Pascual Marquina; «Tango de la Menegilda», de La Gran Vía, de Chueca y Valverde; «Agüero», de José Franco; «Canción del Sembrador», de La rosa del azafrán», de Jacinto Guerrero; «Churumbelerías», de Emilio Cebrián»; «Canto a la espada», de El Huésped del Sevillano, de Jacinto Guerrero; «Puenteareas», de Soutillo, -aquí se hace un paréntesis para la lectura del «manifiesto», por parte de Beni Asensio y Mercedes Ledesma-, y «Fandango» de Doña Francisquita, de Amadeo Vives. Al término del concierto, los intérpretes recibieron una prolongada y sentida ovación.
La Campaña contra el Hambre, en su edición número sesenta no ha hecho nada más que comenzar, teniendo un curso por delante en el que se realizarán varias actividades de las que, por supuesto, les tendremos oportunamente informados.