La Feria de la Caza que se celebra este fin de semana en Ciudad Real permite conocer el deporte de la madera, una mezcla de la tradición de los ‘aizkolaris’ vasco-navarros, con las competiciones de motosierra importadas de Norteamérica y Australia que cada vez tienen más tirón en Europa.
Estos deportistas son capaces de convertir un tronco de chopo en un venao (por aquello de que están en Fercatur) o superar en poco tiempo seis “pruebitas” (como las llama Daniel Vicente, que irá al campeonato mundial de Stihl Timbersports Series) de explosividad en las que hay que cortar troncos mezclando hacha, motosierra y sierra de mano; y eso es que lo han hecho esta mañana en Fercatur, ante un público embobado.
Un tronco y una barra de mortadela
“Cortan más derecho un tronco que yo la mortadela”, comenta una espectadora de la exhibición que el equipo Hacha ha hecho este mediodía en la segunda jornada de Fercatur, al lado del stand de la marca de motosierras Stihl.
¿Cómo pasa uno de cortar troncos por trabajo a deportista?, Daniel Vicente viene de navarra, compite en el campeonato nacional y pronto irá al mundial. “Yo competía como aizkokari pero esto no tiene nada que ver, aquí hacemos seis tipos de pruebas con hacha, hacha de mano y diferentes tipos de motosierra la convencional y otra de 32 kilos. En todas se corta troncos de chopo, que hay en todos los países, en horizontal, vertical y vertical de tres metros de altura”. Sólo contarlo ya cansa, verlo no tanto.
Otra exhibición este domingo 14.30-16.00
Abel de Vicente es el escultor del equipo. Hoy ha esculpido una pieza cinegética y promete más sorpresa para la exhibición de mañana domingo que está programada en la zona de actividades entre 14.30 y las 16.00 horas.
Cultura rural
El deporte del corte de madera con motosierra lleva unos treinta y cinco años implantado en Estados Unidos, un poco más tarde llegó a Australia hace veinte años a Europa y entre 2003 y 2004 a España. Ha prendido en Euskadi, Navarra y otras comunidades del norte en las que la materia prima es más accesible. No es un deporte barato, la herramienta vale mucho, la madera tiene que ser certificada y no está al alcance de todo el mundo, puesto que tienes que disponer del espacio, “en un piso no te vas a poner a cortar troncos, esto es cultura rural”, remata Daniel Vicente
