La ruta Transtoledana es una auténtica desconocida. Ahora, gracias a Alfredo Bravo, los aficionados a la bicicleta de montaña van a poder disfrutar de sus rincones espectaculares, de pueblos medievales casi desconocidos, de entornos únicos… Este aficionado a la BTT, que ha realizado la mayoría de las grandes rutas ciclables de la Península, como la Transibérica o la TransGuadarrama, por citar algunas, ha diseñado un circuito que recorre la alineación conocida como Montes de Toledo.
En una entrevista concedida a Lanza explica que el circuito que ha diseñado tiene una distancia de 728 kilómetros que ha dividido en 10 tramos, configurando así una propuesta ciclable de gran interés en el interior peninsular, no solo por su longitud, sino precisamente por ser un recorrido circular, que además discurre por un entorno muy concreto.
Recuerda que se aficionó a la bici todo terreno en 2004. “Lo que más me gusta de la parte cicloturista es lo de turista; la bici es una manera de hacer turismo, de descubrir rincones preciosos”, explica. Tras recorrerse casi toda la provincia de Ciudad Real, él es natural de Malagón, se animó a salir fuera. Primero hizo dos Caminos de Santiago, el francés y el primitivo, “y ahí fue cuando me enganché a las rutas por etapas”.
En 2016, en compañía de su amigo y compañero de trabajo, Bravo es profesor de música en el Conservatorio Profesional de Música Marcos Redondo de la capital, Miguel Ángel Gómez, se animó a hacer la ruta Transpirenaica, de mar a mar, desde el cabo de Creus hasta las playas de Ondarribia, tres semanas, 21 días, 1.100 kilómetros, todos de montaña, en lo que, asegura, “ha sido lo más duro que he hecho en mi vida, puertos de 35 kilómetros sin parar de subir, etapas de 9 horas de bici con 2.000 metros de desnivel acumulado… muy duro pero muy bonito”.
Después se animó con la TransGuadarrama o la Transalpina y este verano será el turno de la Transibérica, un recorrido por el Sistema Ibérico, 1.000 kilómetros, de Teruel a Burgos.
“Cada sistema montañoso tiene su ruta de bici de montaña menos los Montes de Toledo. Así, me plantee hacerlo yo; no tiene grandes altitudes pero sí tiene suficiente desnivel para que merezca la pena recorrerla y disfrutarla”, explica.
Y se puso manos a la obra en otoño de 2016, en muchas ocasiones acompañado de sus hermanos Marta y José Alberto. De Consuegra a Guadalupe por el norte y regreso por la parte sur, una ruta circular, 10 etapas que tienen una media de 60-65 kilómetros, algunas más largas, dependiendo del desnivel.
“Mi propuesta es empezar y terminar en la localidad de Consuegra, extremo este de los Montes de Toledo y lugar emblemático por sus molinos y su castillo, llegando a Guadalupe, segundo destino de peregrinación en España después de Santiago de Compostela, y volviendo por la parte sur de los Montes al punto de partida. Cabe decir que, al ser un recorrido circular, puede comenzarse desde cualquier punto”, añade.
Año y medio ha tardado en hacer esta ruta, casi todos los fines de semana dedicados a esta nueva aventura. “He recorrido todo metro a metro, comprobando que los caminos o cañadas por la que discurre son públicos, viendo como es el firme, si es transitable… y grabándolo en el GPS que es la herramienta que más utilizamos los ciclistas”, explica.
Alfredo Bravo afirma que en este recorrido por los Montes de Toledo se ha encontrado rincones espectaculares. “Destacaría la Sierra del Castañar, entre Marjaliza y Ventas con Peña Aguilera, o el entorno de la Reserva Natural del Cíjara, en las inmediaciones del embalse, entre Helechora de los Montes y Villarta de los Montes por citar dos de los espacios más bellos”.
Una ruta que se adentra en la provincia de Ciudad Real
La ruta se adentra en la provincia de Ciudad Real en el recorrido sur, a partir de La Puebla de Don Rodrigo, con un recorrido espectacular que pasa por los Meandros del Guadiana y el Estrecho de las Hoces. Continúa por Arroba de los Montes, Navalpino, Fontanarejo, El Robledo, Los Cortijos, “y quería recorrer también Malagón, que es mi pueblo, y el entorno espectacular de la sierra”, y así discurre también por Fuente el Fresno, Villarrubia de los Ojos y Puertolápice desde donde regresa a Consuegra para finalizar en el que es también el punto de partida de la ruta.
“Una de mis pretensiones al diseñar esta ruta y publicarla era poner mi granito de arena al enriquecimiento de sus pueblos, de gran belleza y mucho atractivo turístico aunque son, casi, desconocidos”, explica.
Así, Alfredo Bravo ha tenido dos motivaciones principales para hacer esta ruta. Una es la puramente deportiva, el afán de superación y de disfrute que esta disciplina deportiva, como cualquier otra, lleva aparejado, y la otra es la posibilidad de generar un producto que sea útil para la dinamización del territorio, para que los pueblos que esta gran ruta integra puedan disponer de un recurso más para su desarrollo económico y social.
“No te lo pierdas”
Al final de cada etapa Alfredo Bravo incluye el apartado “No te lo pierdas” con el que invita a conocer castillos medievales, molinos de viento, parajes naturales, monasterios, conventos y museos. “Cada día hay algo interesante y curioso de ver que enriquece la ruta y nos aporta una visión más completa de la tierra por la que pasamos”, asegura.
“Cuando ya tenía la guía escrita se la ofrecí a la editorial Prames, especializada en temas de montaña, naturaleza y turismo, y les gustó mucho. Era una buena idea; hay muchas cordilleras en España que ya cuentan con su propia guía pero de los Montes de Toledo no había nada”. Y así es como Prames edita esta guía que va descubriendo los paisajes y pueblos por los que discurre la Transtoledana, incorporando también información práctica de los servicios que el ciclista puede encontrar.
Por último, reitera que “Transtoledana” es un nombre, en sí mismo, generador de marca turística. La guía cuenta también con cartografía a escala 1:75.000 de todos esos recorridos parciales, que se suman al código QR incorporado en el libro para la descarga de los tracks.
