El Museo López-Villaseñor de Ciudad Real ha sido el marco elegido para rendir un sentido homenaje al escritor José Cereijo. Un acto organizado por Alianza Litterae que busca reconocer la extensa trayectoria literaria de este poeta gallego, quien se ha mostrado muy agradecido y también sorprendido porque “uno escribe porque le gusta y no se espera este tipo de cosas”, nos confesaba antes del acto.
La presidenta de la asociación cultural, Teresa Sánchez, ha definido como “Poesía del Silencio” la obra poética de este autor, una obra que reivindica las vanguardias a través de poemas breves, puros y concisos, que invitan a la reflexión filosófica e intelectual.
Un escritor, ha destacado Sánchez, que nos ofrece una alternativa a la constante estimulación sensorial del mundo moderno, y cuya obra nos permite conectar con nuestro interior y descubrir la belleza del mundo y la paz en medio del ruido.
“Un canto a la introspección, contemplación y trascendencia, sin necesidad de palabras elocuentes donde destaca la importancia de lo no dicho, de lo implícito, del impacto emocional, invitándonos a reflexionar sobre nosotros mismos y descubrir la belleza a través del silencio”.
Aunque el propio escritor confiesa que no se siente adscrito a ninguna escuela ni corriente o planteamiento teórico que, a su juicio, en todo caso, debe venir después, destacaba, cómo su obra, ante todo, parte de la emoción, y de la manera de hacer que esa iluminación que te trae un relámpago se quede.
Y es que para Cereijo “la poesía es la manera de hacer que esa pulsión emocional o esa resonancia interna que se produce en el trato con otras personas o con el entorno quede fijada”, tras su interpretación.
Se trata de llegar, apelar, a lo más elemental del ser humano que, si bien ha de partir de una experiencia, lo que tiene interés no es lo que me pase a mi o esa experiencia en concreto, lo que importante es la capacidad de ir al fondo de esa experiencia hasta el sustrato inferior que es común a todos, explica.
Y ello, a través de un lenguaje sin artificios porque “lo que me interesa es crear un espacio donde puedas quedarte, no un poema que te deje frio”. En este sentido, Cereijo aludía como metáfora a una casa llena de espejos o brillantes, donde seguramente nadie se sintiera a gusto. “Aspiro a crear ese rincón familiar, habitable, que ilumine la condición humana en general”, añade.
“Se trata de no quedarse en lo superficial o en lo inmediato”, sino de ir más lejos, de bucear en lo que me enseñan determinadas experiencias y cómo funciona el ser humano y la relación que tengo con la vida, subraya este autor.
Un proceso que, según señalaba, va de dentro hacia fuera, al contrario que los relatos que también crea donde al venir esa distancia dada por el propio género, y no sólo partir de esa reacción emocional sino también de una idea para crear una historia, el proceso va de fuera hacia adentro.
Un acto sencillo y emotivo que ha reunido a un nutrido número de artistas y amantes de la literatura en general, y de la obra de este escritor, nacido en Redondela, en particular, que ha permitido abrir un diálogo y reflexión en torno a la poesía, pero también en torno a la vida y a lo que somos.
Biografía
José Cereijo nació en Redondela (Pontevedra), en 1957. Desde 1968 vive en Madrid. Ha publicado hasta la fecha cinco libros de poesía: Límites (Colección Melibea, Talavera de la Reina, 1994); Las trampas del tiempo (Hiperión, Madrid, 1999); La amistad silenciosa de la luna, haikus, (Pre-Textos, Valencia, 2003); Música para sueños, (Pre-Textos, 2007), y Los dones del otoño (Pre-Textos, 2015), y uno de relatos (Apariencias, Renacimiento, Sevilla, 2005). Ha sido incluido en diversas antologías.
Colabora en distintos medios de prensa, tanto escrita como electrónica, en los que ha publicado artículos, reseñas de libros y otros textos literarios. Es también autor de una antología de la poesía de Leopoldo Panero, titulada Memoria del corazón (Renacimiento, 2009), y otra de la de Javier Lostalé, Azul relente (Renacimiento, 2014); en la misma editorial ha aparecido, en este año 2017, una antología de sus propios poemas, Árbol desnudo, preparada por Javier Lostalé.
Ha publicado asimismo una traducción de las Odas, de Keats (Polibea, 2016); y, en colaboración con su mujer, María Taibo, una selección de la poesía de Emily Dickinson, titulada Carta al mundo (Renacimiento, 2016). Muestras de su trabajo han aparecido en distintas lenguas europeas y de otros lugares.