Más de 100.000 personas sufren un ictus en España cada año y nada menos que un 25 por ciento de la población está en riesgo de sufrirlo a lo largo de su vida. Son datos de la Sociedad Española de Neurología. Ante ello, los ciudadanos del primer mundo solo puede agarrarse a la prevención y en eso insiste Alicia González, neuróloga e investigadora de Miguelturra con 33 años, que hoy preside la sección joven de la European Academy of Neurology.
“La salud cerebral es muy importante para prevenir el ictus”. González, que estudió en el instituto Campo de Calatrava de Miguelturra y en la Facultad de Medicina de Ciudad Real, insiste en el descanso y en el ejercicio, porque no solo tiene beneficios fisiológicos, al mejorar la capacidad cardíaca y pulmonar, sino que también tiene “efectos psicológicos y neurológicos, ya que mejora el estado de ánimo y sabemos que contribuye a prevenir enfermedades neurodegenerativas”.
La doctora, que trabaja en los Servicios de Neurología e Inmunología del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid) a través del programa ‘Juan Rodés’ después de conseguir logros académicos desde el inicio de su carrera, habla de crear “una reserva física y cognitiva” que permitirá “responder mejor a los daños que se puedan producir en un futuro en el cerebro”. El sueño también es fundamental, porque “ayuda a eliminar sustancias tóxicas a través del sistema glinfático, además de afianzar los conocimientos”.
El enigma del cerebro: conexiones y regeneración
El misterio no deja de rodear al cerebro entrado el siglo XXI. Los investigadores hoy saben, según explica Alicia González, que “el cerebro es capaz de reconfigurarse”. Es lo que se llama neuroplasticidad, que marca «nuestra forma de definirlo y de abordar la salud y la enfermedad”. Sin duda, representa “una oportunidad” para recuperar funciones después del daño cerebral producido, por ejemplo, por un ictus.
Esta capacidad de regeneración es importante tenerla en cuenta de cara a mantener la capacidad funcional en un paciente. Se trata de fortalecer la compleja red de conexiones que compone el cerebro, inescrutable todavía en muchos casos, y que hace que la neurología, en palabras de González, sea “una de las especialidades más atractivas para los estudiantes que quieran desarrollar una carrera médico-investigadora en un futuro”.
Nuevos fármacos para la migraña prometedores
La salud cerebral no solo sirve para prevenir la segunda causa de muerte que existe en el mundo, sino para trabajar otras que, como la migraña, traen de cabeza a quienes la padecen. “La migraña es una enfermedad neurológica altamente discapacitante que afecta al 12 por ciento de la población en España”, explica la doctora. Afecta sobre todo a mujeres, jóvenes y en edad laboral.
La neuróloga celebra los últimos avances en fármacos con una enfermedad, que según advierte, “no se reduce a tener dolor de cabeza, sino que engloba otros síntomas, como náuseas, vómitos, alternaciones visuales o sensibilidad extrema a la luz o al ruido”. Los tratamientos ya no se reducen a los orales clásicos -antiepilépticos, antidepresivos y ansiolíticos-, que no estaban diseñados para la migraña, pero que funcionaban. Así pues, los dirigidos a la molécula CGRP son prometedores.
Implantar la figura del médico-investigador en España
En la búsqueda de respuestas para las enfermedades neurológicas, Alicia González insiste en que es necesario fomentar la investigación y, en concreto, habla de la figura del médico-investigador, que todavía en algunas regiones del país apenas está implantada. “En España es posible a través de programas como ‘Río Hortega’ y ‘Juan Rodés’, cofinanciados por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII)”, indica.
La misma Alicia González es un ejemplo de integrar la atención médica, el dignóstico y el tratamiento, con el desarrollo de proyectos de investigación multidisciplinares. Así pues, coordina un proyecto nacional sobre biomarcadores en migrañas en colaboración con la Unidad de Cefaleas del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha inaugurado una consulta para la atención de enfermos de cáncer que sufren complicaciones neuroinmunológicas y colabora en tareas docentes en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
“La figura del médico-investigador ya está plenamente reconocida en algunas comunidades autónomas como Andalucía y continúa su expansión dado el valor que estos roles aportan a los hospitales y centros de investigación asociados en tareas como la coordinación de equipos multidisciplinares, lo que contribuye en el avance de la medicina en el ámbito asistencial”, comenta.
Jóvenes que deciden el camino que tomará la neurología en un futuro
Desde la European Academy of Neurology sus objetivos no son otros que promover la excelencia clínica y científica de los miembros, 2.000 jóvenes en la actualidad. La acompañan en la ejecutiva doctores de todo el continente. “Trabajar con personas de diferentes entornos geográficos y de diferentes países en Europa es muy enriquecedor”, explica. Lo sabe bien, pues ha realizado estancias de reconocido prestigio en Londres y Massachusetts.
Dirigir la sección juvenil de esta organización, según Alicia González, hace que los nuevos doctores “tengan una representación de primera línea en la dirección que debe tomar la neurología en un futuro”. También apuesta por la divulgación científica a través de disciplinas como el arte, como demuestra su proyecto NeuroART, que ha unido la ciencia, con la fotografía, el dibujo, la música, la danza y la poesía desde hace tres años.
