Las personas que han sufrido algún tipo de violencia han somatizado estos procesos con enfermedades como la alopecia, alergias, fobias o trastornos de depresión.
Es una de las conclusiones que esta tarde han analizado la psicóloga Pilar Arévalo y el naturópata y titulado en medicina física Robert Cabré para ilustrar la charla titulada ‘¿La violencia afecta a la salud?’ organizada por la Asociación de Familiares y Enfermos de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica de Ciudad Real (FibroReal) en el Colegio de Enfermería.
Arévalo, que atiende a numerosas personas desde la oficina de asistencia a víctimas de delitos del juzgado de Ciudad Real, donde trabaja, ha puesto ejemplo prácticos sobre la estrecha relación entre la violencia (de género, abusos, parental, etc…) y el desarrollo de algunas patologías.
Algunos de los casos clínicos que ha presentado tuvieron consecuencias que debutaron con cuadros psicosomáticos, enfermedades mentales o diferentes tipologías como trastornos de ansiedad, depresión, fobias o problemas de piel como la psoriasis. “Cuando estamos sometidos a un estrés como el de la violencia nos puede suponer este tipo de efectos”, ha relatado.
Las víctimas que atiende son tanto mujeres, como hombres o y niños y llegan a este servicio de atención derivados de los juzgados, de la Policía, de los abogados o van los propios usuarios. Arévalo acompaña a la recuperación de estos pacientes en el proceso de recuperación, que centra “en las personas”, al margen de las causas judiciales.
Las emociones en las células
Por su parte, Cabré ha centrado su intervención en las emociones, de las que forman parte las violencias, y cuya gestión no sólo dependen del cerebro, sino que, a su juicio, “están presentes en las propias células”. Ha explicado cómo cuando se desestabilizan las energías que se generan a través de las emociones afectan a los organismos.
Es uno de los preceptos de la medicina tradicional china, ha indicado, que también “habla de órganos madre y órganos hijos y de cómo se nutren”.
Hay temas medioambientales pero también hay causas transgeneracionales que influyen en el desarrollo del ‘ADN basura’, al que se da poca importancia, aunque forme parte “de la evolución humana”. Una persona puede tener una serie de conflictos, desatados por unos condicionantes, “que pueden heredar y manifestar sus nietos”, ha indicado. Una patología se desarrolla, según ha dicho, “cuando se está expuesto y también predispuesto”, aunque “si estás predispuesto y no te expones, no lo manifestarás”, ha precisado.
Entre otras, las causas que provocan las enfermedades vienen determinadas, en opinión del experto, por “experiencias muy intensas, que se presentan de manera inesperada” y que hacen que las víctimas “no encuentren la salida al problema”.
Cabré apuesta por “una visión del universo muy diferente a la academia farmacológica”, pues “dejamos de ver el cuerpo humano como una máquina y lo vemos como un todo en el que todo está interrelacionado”.
Para alcanzar la estabilización, Cabré apuesta por recursos como “la resonancia de los cuencos tibetanos, la musicoterapia, determinados tipos de masajes, técnicas vibracionales, la geometría sagrada”.
Además del estudio el neurópata los ha practicado a raiz de su padecimiento de fibromialgia, síndrome de fatiga crónica y principio de Alzeimer, en un cambio radical de tratamiento en el que “decidí limpiar el agua de mi piscina y abandoné toda farmacología lo que me habían recetado”.
En concreto, “limpié mi hígado” y se sometió a desintoxicaciones iónicas, técnicas de la medicina física por las que aboga.
La presidenta de FibroReal, Prado Estradas, ha aprovechado el acto para sensibilizar sobre esta enfermedad “que aparentemente parece que no es nada, pero que llega a ser incapacitante”.
La actividad ha contado con la presencia de la delegada provincial de la Consejería de Igualdad, Manoli Nieto, la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento capitalino, Ana Belén Chacón, y el presidente del Colegio de Enfermería de Ciudad Real, Carlos José Tirado.