Usuarios de la Asociación de Salud Mental de Ciudad Real ‘Apafes’ y de la Unidad de Media Estancia, así como miembros en la Corporación Municipal, participaron en el encuentro en el que se leyó el manifiesto de una jornada con el lema ‘Salud mental, salud mundial, un derecho universal”, en el que se subrayó que se trata de “un derecho inherente a la condición humana cuyo disfrute no entiende de barreras o de fronteras” y que será verdaderamente real “si los poderes públicos proveen de los recursos necesarios”.

“Dicho de otra manera, la falta de inversión en salud mental favorece la vulneración de derechos”, se expuso en el manifiesto, en el que se evidenció la necesidad de una “lucha continua y de visibilidad” sobre la aspiración de las personas afectadas por “un proyecto de vida emancipador”, así como de la entrada “en un nuevo tiempo para la salud mental”, en el que “las medidas coercitivas deben dejar paso a espacios de recuperación compatibles con la dignidad humana”.

Se abogó, así mismo, por “campañas de sensibilización y prevención del suicidio en el ámbito escolar, universitario y la esfera laboral” y se recordó que “se trata de abrir canales de comunicación y confianza ya que al compartir los sentimientos nacerán nuevas formas de ver la vida. El cuidado de la salud mental debe tener un enfoque global donde todas las personas seamos partícipes”.
“Al final todo lo que se haga en favor del derecho a la salud mental tiene un retorno real puesto que una sociedad con salud mental es una sociedad con bienestar, donde el ser humano alcanza su sentido”.

Tras el manifiesto, la concejal de Servicios Sociales, Aurora Galisteo, lanzó la proclama del Día Mundial de la Salud Mental exigiendo que “no se consideren las medidas coercitivas como tratamientos ni como parte del proceso terapéutico; que se tienda de forma urgente hacia las ‘cero contenciones’ y hacia la erradicación del uso de la coerción de cualquier naturaleza física, química o emocional; y que se destinen más recursos que permitan desarrollar medidas alternativas desde un enfoque de derechos humanos, cambiando el paradigma actual por un modelo comunitario basado en la recuperación y promoción de la autonomía de las personas”.

También se reclamó que “se humanicen los tratamientos y se garantice una intervención especializada centrada en la persona, confiable y empática; y que se garantice el ejercicio de la capacidad jurídica, el sistema de apoyos, el derecho a la información y a tomar las propias decisiones sobre la vida”.

Apafes
A más de ochenta personas atiende con un equipo de psicólogo, trabajadora social, terapeuta, dos monitores y administrativo la asociación Apafes, que, “muy agradecida” a la Diputación por la cesión gratuita de las actuales, continúa reclamando unas mejores y más amplias instalaciones.