Hay tantos y tantos testimonios de personajes ejemplares que han basado su éxito sobre el reconocimiento de sus propias equivocaciones; desde filósofos a inventores, pasando por escritores, empresarios, políticos, cómicos, brillantes figuras que han protagonizado el avance de la humanidad, que he de reconocerles que me sorprende cuando veo que no se tiene la altura y humildad necesaria para reconocer una sola equivocación, el enfermizo “sostenella y no enmendalla”.
La falta de autocrítica es una muestra de mediocridad absoluta, un lastre que no permite evolucionar a nuestra sociedad, y miren, si alguien quiere hacerlo en su vida privada, perfecto, no seré yo, que creo y defiendo la libertad de todos, quien lo critique, pero esta losa no es aceptable en quienes nos gobiernan, deben ambicionar parecerse a esos referentes universales para aplicar esa misma filosofía en nuestra ciudad, porque nadie puede dar lo que no tiene.
Todos entendemos que en una ciudad de 75.000 habitantes siempre hay deficiencias, estamos en una sociedad en constante evolución y hay que ser ambiciosos, querer lo mejor para nuestros vecinos, y eso supone esfuerzos y, en muchas ocasiones, deficiencias, que son lógicas, entendibles y asumibles. Pero lo que resulta enfermizo es negar sistemáticamente la realidad que ven y sufren los vecinos y fiar siempre la actividad municipal a los viciados y nublados ojos de quienes deberían tomar decisiones.
He de reconocerles que en multitud de ocasiones he sentido frustración al plantear soluciones para solventar problemas reales de nuestros vecinos, para nuestra ciudad, deficiencias y soluciones perfectamente argumentadas y justificadas, la mayoría de ellas fotográficamente, y que insultantemente les hayan sido negadas, y digo -les- porque no se las rechazan a Ciudadanos, niegan la solución a los vecinos.
De aquellos que jamás han trabajado en su vida, y que, evidentemente, ven la ambición como algo malo, no espero otra cosa, ver la ambición con ojos perniciosos es ser pernicioso, porque todos analizamos la realidad desde nuestra propia experiencia y filosofía.
Como la entendió Lorenzo Selas
Para Ciudadanos, y personalmente, es una filosofía completamente opuesta, nosotros entendemos la ambición como la entendía Cristóbal Colón, y le llevó a descubrir América, como la entendían en Estados Unidos, y llegaron a la luna, o, por poner un ejemplo más cercano, como lo entendió Lorenzo Selas y consiguió que Ciudad Real tuviese AVE. Esa es nuestra ambición, queremos lo mejor para nuestros vecinos y lo vamos a conseguir.
Pero nada queda ya de esa filosofía de Selas, se fue perdiendo poco a poco, se fue escapando como el agua entre los dedos, y a día de hoy ya nada queda, tenemos un Equipo de Gobierno bunkerizado en su mediocridad, inerte, inane, asustado, el paciente ya no responde a estímulos; Ni alegatos, ni fotografías, ni videos colgados en redes sociales, ni testimonios de los vecinos, nada, encefalograma plano, el avestruz lleva tanto tiempo con la cabeza debajo de la arena que le asusta más la luz del sol que el león haya comenzado a comerse la segunda pata.
El pasado viernes, en el acto de reconocimiento de los socios de Cruz Roja, disfrutamos del espectáculo de “los susurradores”, y tuve la fortuna que uno de los intérpretes me susurrase una frase al oído, una frase que todos aquellos que me conocen saben que llevo utilizándola desde hace varios años, y que quiero compartirla con ustedes; “Un viaje de mil leguas, comienza con un pequeño paso”, sean felices…
Francisco Fernández-Bravo es el portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Ciudad Real