Angela Fernández Trujillo es la más joven de aquella primera promoción que este año hace cincuenta que empezaron sus estudios de Enfermería en la entonces escuela universitaria de Enfermería Nuestra Señora del Carmen de Ciudad Real y este viernes ha asistido al acto de conmemoración de esta efeméride que se ha celebrado en el Paraninfo ‘Luis Arroyo’ de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real.
Ya jubilada tras 44 años ejerciendo esta profesión ha confesado que «nunca dejas de ser enfermera» porque ha añadido que nunca va a cambiar. «Estamos dedicados a la ayuda a los demás y lo seguiremos haciendo. De las profesiones más bonitas que existen están las sanitarias».
Le hacía mucha ilusión estudiar enfermería, ha recordado, «muy joven pero con mucha ilusión», han sido sus palabras. Ha explicado que comenzó su labor profesional en el Hospital del Carmen. «Tuve la oportunidad de irme al Hospital de Alarcos pero en el Carmen tenía amistades y me encariñé con las monjas y me quedé aunque cobraba menos».
Sus últimos años como enfermera los pasó en el Centro de Salud del Torreón
Estuvo en la planta de cirugía, ha explicado, añadiendo que «teníamos todas las quirúrgicas: cirugía, urología, trauma, ginecología…y allí me quedé hasta que abrieron el nuevo donde continué en la segunda planta de cirugía. Tuvimos casi todas las especialidades, pero por un lado muy bien porque aprendimos de todo, pero bien aprendido porque hemos trabajado mucho». Sus últimos años estuvo en el Centro de Salud del Torreón donde también estuvo «muy a gusto», además ha explicado que al ser la primera promoción se dedicaron a realizar labores de docencia con las siguientes promociones.
La profesión ha cambiado mucho, ha explicado que al principio no tenía «casi ningún aparataje». «Por no tener no teníamos ni jeringas, guantes en casos muy concretos, no había ni sueros lavadores, ni aspiradores. También ha hecho alusión a que la enfermería en aquellos entonces no ocupaban puestos de responsabilidad, algo que ha cambiado con los años.
Otro de los cambios que ha comentado es que ya no se considera una profesión de mujeres ya que a partir de que empezaron los diplomados comenzaron a entrar hombres.
Se jubiló en 2020 con 63 años y unos 44 años ejerciendo más los años que estuvo estudiando. Pero, ha explicado que no no se ha desligado de la profesión del todo ya que «si la gente te necesita le echas una mano».