“Hay momentos en los que la música te abraza, te acaricia pero también los hay en los que te arrolla. Es como un tsunami, suenan los ocho ‘a muerte’ y dices ‘¡Guau! ¿qué está pasando?. Te da un petardazo cerebral”, resumió radiante de alegría por la emocionante actuación este lunes en el antiguo Casino de sus alumnos, José Enrique Bouché, profesor de chelo del Conservatorio de Castellón.
La tan fresca como poderosa complicidad y confianza entre los ocho jóvenes, de entre 19 y 23 años, del octeto Conversa no dejó indiferente al público ciudarrealeño que, de pie, ovacionó a una formación que obsequió con delicatesen en formatos de dúos y tríos de compositores como Vivaldi y Bach, para pasar a maravillar de la mano de la Elegía de Gabriel Fauré con Alexandra Quezada como solista arropada por los otros siete chelistas.
El amplísimo registro expresivo de los ocho chelos, con todas las voces orquestales y una sonoridad muy especial proporcionada por un instrumento con mucho carácter, tan tierno y melancólico como vehemente y tempestuoso, continuó con nuevas piezas de Bach en un recorrido del Barroco al siglo XX que condujo a las Bachianas brasileiras nº 1 de Heitor Villa-Lobos, de cuyo último movimiento, ‘Fuga conversa’, adopta el nombre un octeto surgido justo después de “los difíciles tiempos” de la pandemia.
Bouché se encontró en clase con unos jóvenes “con muchas ganas de hacer cosas, talento, capacidad de trabajo, que se llevan muy bien entre ellos y que también trabajan fenomenal individualmente”.
Comenzaron a hacer tríos y cuartetos, hasta que, finalmente, surgió el proyecto de octeto que “esperemos que siga mucho más allá del Conservatorio y quizás se convierta en un proyecto profesional para ellos”.
Tras realizar varios pases en Castellón, el concierto en el antiguo Casino de Ciudad Real, dentro de la programación de los ‘Lunes Musicales’, fue el primero fuera de su ciudad del grupo, que este miércoles actuará en Albacete.
Cinco chicas y tres chicos integran Conversa que dejó como propina en el bis, para alzar aún más el ánimo, el pasodoble ‘El gato montés’.