La reciente escenificación de la renuncia de Aznar a la presidencia honorífica del PP, cargo creado ad hoc en su momento, ha puesto negro sobre blanco lo que ya era vox populi desde hacía tiempo. Al igual que ya ocurriera entre Fraga y su pupilo Aznar, como quedó de manifiesto con ocasión del Congreso del PP en Valencia, ahora se ha escenificado entre Aznar y su sucesor. Resulta más difícil visualizar hechos de esta índole cuando el partido está en el gobierno que si está en la oposición; es decir, cómo tiene que estar el traje para que haya saltado esa costura.
Aznar eligió sucesor entre una terna compuesta por Rato, Mayor Oreja y Mariano Rajoy. Ninguno de ellos es hoy rival para don Mariano en el actual PP, ni siquiera el propio Aznar: Rato, hoy imputado por numerosos presuntos delitos de índole económica; Mayor Oreja, hoy desaparecido de la primera línea política, que hizo de la lucha contra ETA su razón de ser y estar, y una vez desaparecido el problema se quedó sin argumentos; aun así, él siguió dándole al tema hasta ya avanzada la primera legislatura de Rajoy, llegando a ser una molestia para el poder establecido.
La pregunta es quién puede liderar el espacio a la derecha del PP, porque está claro que ese espacio existe por más que se hayan empeñado en negarlo. Es cierto que el éxito de Aznar, cuando el dedo de Fraga lo señaló como sucesor, fue agrupar a todas las derechas en el PP. Pero ese espacio es demasiado ancho, como Castilla. Hay personas que se sienten incómodas viendo a Rajoy muy a su izquierda y al que no tienen más remedio que votar, o no, porque no tienen nada más cercano a su pensamiento en el espectro político.
Ahora es muy probable que Aznar, junto con Mayor Oreja y otros muchos tanto de fuera como sobre todo de dentro del PP, se estén pensando ofrecer al electorado una opción política que aglutine todos esos votos y les dé salida. Esa es una opción que ya sucede en otros países de nuestro entorno y que además está en alza en esta Europa de migraciones, vallas, fronteras, patrias, patriotismos y patrioterismos. Es posible que la misma persona que en aquel momento previó el éxito en la unificación, prevea ahora otros éxitos adecuados a esos otros españoles que no están cómodos con el actual PP. El tiempo lo dirá.
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