Ciudad Real ha vuelto a convertirse este fin de semana en punto de referencia para los amantes del tango con la celebración del XIII Encuentro Malevaje, que ha reunido a cerca de un centenar de participantes entre los días 16 y 18 de mayo en el Hotel Guadiana. La cita, organizada por la Asociación Malevaje Tango Ciudad Real, ha superado las expectativas tanto en asistencia como en ambiente, consolidando su carácter como evento abierto, diverso y profundamente humano.
“Estamos muy contentos porque se han cumplido los objetivos: queríamos alcanzar los cien participantes y lo hemos conseguido. Después de trece ediciones seguimos teniendo poder de convocatoria, y eso significa que la gente nos quiere, que responde y repite”, valoraba al cierre del encuentro Manuel Lendínez, presidente de la asociación.

A lo largo de tres jornadas intensas, los asistentes, procedentes de distintos puntos de la geografía española, han compartido milongas tradicionales, sesiones de tango alternativo, encuentros gastronómicos y una de las citas más queridas del programa: la milonga callejera en la Plaza del Pilar. “Para nosotros es un momento muy simbólico. Sacar el tango a la calle, que la gente lo vea y lo viva de forma cercana, es parte de nuestra identidad”, señala Lendínez.

El auge del No-Tango
Uno de los aspectos más valorados por los participantes ha sido el equilibrio entre lo clásico y lo innovador. “Apostamos por una oferta plural: una sala dedicada al tango tradicional y otra al alternativo, que permite a los bailarines expresarse con más libertad sin perder los fundamentos. Esta variedad enriquece mucho la experiencia”, explica. La propuesta de tango alternativo, que comenzó a ofrecerse el año pasado y este año se ha consolidado, ha sido muy bien recibida por el público, que ha disfrutado también de la comodidad del hotel como sede principal del evento: “Ofrece condiciones óptimas para bailar, descansar y socializar, lo que contribuye a crear una atmósfera muy especial”.
Más allá del baile, el encuentro ha reforzado los lazos de una comunidad que se mueve al ritmo del “boca a oreja”, con participantes fieles que cada año encuentran nuevas razones para volver. “Aquí todo el mundo es bienvenido. No importa si vienes en pareja o solo, lo importante es compartir. Esa es la esencia del tango: el abrazo, el encuentro, la experiencia compartida”.

Con actividades como el cóctel de bienvenida, las cenas conjuntas o la despedida del domingo, el evento ha cerrado con una mezcla de emoción, satisfacción y promesas de reencuentro. “Este es un evento hecho con alma. Queremos que cada persona encuentre su tango, su espacio, su manera de vivir esta danza. Y cuando la gente se va con endorfinas a tope y ya está pensando en volver, sabemos que lo hemos hecho bien”.
El Encuentro Malevaje de Ciudad Real se despide así hasta el año que viene, con la vista puesta en seguir creciendo sin perder su esencia: cercanía, diversidad y pasión por el tango.