29
25
2-1 5-2 7-4 9-5 12-7 13-9 15-12 17-15 10-18 22-19 29-25
El Quijote Arena de Ciudad Real se vistió con sus mejores galas para disfrutar del broche final de una semana donde la capital ha vuelto a emanar balonmano por los cuatro costados. Tras el alegrón de la Copa del Rey, donde los de Santi Urdiales han vuelto a cargarse a un equipo de Asobal, tocaba centrarse en liga, donde ha rendido visita el filial del Barça.
Ante uno de los rivales más físicos de la categoría, la solidez defensiva ha resultado vital para construir a partir de ella.
Ha corrido muchísimo el equipo de Santi Urdiales, que ha vuelto a exhibirse contra un equipazo, con un gran porcentaje de acierto sobre la portería blaugrana, lo que les ha permitido llevar el ritmo anotador del choque, con muchas alternativas en ataque que ha hecho dudar a los centrales catalanes.
Inestrosa, Fis, Radojicic o José Andrés, el más listo de la clase, han sido los que más goles han sumado durante la primera parte, siendo el único pero en el guion de los ciudadrealeños las dos exclusiones que Campanario ha sumado en los primeros diez minutos de partido.
Con cuatro arriba se ha marchado el Caserío al descanso, demostrando que el cansancio siempre es menos cuando las cosas vienen de cara.
Al BM Caserío le pesaron los minutos de Copa
Tras la reanudación, el Caserío ha intentado mantener la intensidad en fase defensiva, buscando transiciones rápidas para pillar a la defensa rival descolocada. Así puso Paquito Ruiz el primer tanto en el inicio de la segunda parte, que se celebró de forma doble tras una gran recuperación en la jugada de vuelta, por parte de Marcos Fis.
De nuevo, los colegiados pidieron su cuota de protagonismo expulsando a Campanario en el minuto 4 de la segunda mitad. Esta acción no sólo le costó a los locales perder a su capitán sino también perder parte de la concentración que venían demostrando durante todo el partido. Tanto es así, que el Barcelona se pondría a sólo dos goles de diferencia con 23 minutos de juego por delante.
Al Caserío le pesaron los minutos de Copa del Rey, contra un Barça que decidió cambiar lo que se había visto en la pista, con un partido más rápido, en el que sólo las paradas de Giovanola pusieron freno a un equipo catalán desatado, ante el que Urdiales hizo variar la defensa para sacar al ataque más allá de los ocho metros.
Cuando peor lo estaban pasando los de Urdiales, Marcos Fis y José Andrés Torres decidieron demostrar que son dos de esos jugadores espectaculares, hechos para las grandes ocasiones. Sus goles sirvieron para mantener la distancia en un electrónico que se fue apretando y que dejaba claro que iba a tocar remar hasta el final del encuentro.
Supo aguantar el BM Caserío en sus peores momentos del partido, apoyándose en su público para volver a morder y ampliar la renta con la que sentenciar un choque que por momentos pudo complicarse.
A falta de dos minutos para la conclusión del duelo, Urdiales leyó bien las necesidades de los suyos, que seguían tres arriba, solicitando tiempo muerto para reestructurar la estrategia con la que encarar la recta final.
El BM Caserío aguantó con carácter, quedándose con una victoria importantísima, en uno de esos choques que crean afición y que ha servido para redondear una semana espectacular para los ciudadrealeños, que han dado auténtico miedo en este Halloween donde no cabían los tratos.