Se ha encontrado con menores que, durante el confinamiento, estuvieron “enganchados” hasta dieciocho horas diarias al ordenador, indicó Calatayud en la conferencia sobre ‘Adolescencia y salud mental’ organizada por Apafes, en la que se mostró partidario de no usar los dispositivos móviles en los centros escolares y que los niños no dispongan de un móvil hasta que no tengan 14 años y si quieren uno que utilicen “un ‘llama cuelga’ de esos”.

En su intervención, que congregó a más de seiscientas personas en el paraninfo de la UCLM, aconsejó que “los padres sean padres en lugar de jugar a ser amigos de sus hijos, los maestros lo mismo” y pidió a los políticos “un poco de sentido común y que ayuden a estas asociaciones porque películas como ‘Campeones’ causaron sensación en el cine español pero no se habla de los padres, familiares y cuidadores de ‘Campeones’”.

Desde el año 87 ejerce como juez de menores, ha juzgado a unos 26.000 chavales, de los cuales el ochenta por ciento no vuelve a cometer delitos y no pasa por la Justicia de mayores y el diez por ciento se encarrila adecuadamente si da con “buenos profesionales, un buen trabajo o una buena novia”, expuso Calatayud, que se mostró partidario de “la ley de la botella, el que la tira va a por ella. Y cuanto más lloren, menos mean”, buscando, así mismo, la alternativa a la privación de libertad, la cual es “muy dura” para un chaval por ejemplo de 14 años al ser la concepción del tiempo distinta puesto que conforme te vas haciendo mayor más rápido se pasan los días y años, mientras que “cuando eres un chaval un fin de semana castigado sin salir se hace una eternidad”.

En el transcurso de su conferencia, plagada de anécdotas y curiosos datos, recordó cómo antes los chavales estaban todo el día jugando en la calle, mientras que ahora el problema está en que no salen de sus casas o incluso habitaciones. Comentó casos de coacciones y chantajes a través de las redes, indicó que “se han incrementado las agresiones sexuales entre los menores”, incluso grupales y que además graban en vídeo, y lamentó que en los colegios, pese a que se activen protocolos, al final el que se cambia de centro suele ser el agredido y no el agresor.

También, desde hace quince o veinte años, han subido las agresiones de los hijos a los padres, apuntó Calatayud, que resaltó cómo solamente ha condenado en toda su carrera “a dos gitanillos por maltratar a sus padres. Fíjate la diferencia de cultura” en relación con el respeto a los mayores. “Algo tendrá que ver ¿digo yo?”.

Tiene actualmente a tres menores, uno por anorexia y otros dos por maltrato a los padres por adicción al móvil, con problemas de salud mental internados en centros terapéuticos, “incluso activado el protocolo de suicidio, o sea 24 horas al día grabados”, apuntó Calatayud, que indicó, respecto a algunos de los éxitos de sus condenas ejemplares, cómo a “un niño pijo que se dedicaba a grabar vídeos de personas con problemas de salud mental” le sentenció a doscientas horas de trabajo en una Fundación que atiende precisamente a estas personas y, tras cumplir con la sanción, se quedó en la institución como voluntario al encontrar ahí una encomiable vocación.

A los chavales que conducen sin carné, con lo que a buen seguro que ya saben manejarse ante el volante, les da seis meses para que se lo saquen. Si no, por desobediencia van “para adentro”, y ya tiene a cinco taxistas autónomos y un conductor de autobuses, y a quienes la lían en Halloween les manda doscientas horas de ayudar en la limpieza en el cementerio.

Ha condenado a muchachos, por delitos cometidos sin que por ello sean delincuentes, a trabajar con Cruz Roja, Proyecto Hombre o ayudar a los pobres, aunque la mejor sentencia es que estudien, aseveró. Así, por ejemplo, a uno que robó de una peluquería un secador de 600 euros y le confesó que quería ser peluquero mientras que su padre no quería que se decantara por ese oficio, le instó a sacarse el título en nueve meses siendo su examen final pelarle a él directamente, prueba que superó.

No le parece bien el aborto ni el cambio de género en menores sin conocimiento ni autorización de los padres. “Me parece falta de sentido común”, agregó Calatayud, quien, tras su intervención, fue saludado personalmente por familiares y amigos.
La charla estuvo organizada por Apafes con el objetivo de divulgar “quiénes somos, qué hacemos y la importancia de la salud mental”, indicó Jesús Sánchez, presidente de la asociación, que entregó como obsequio al juez un atril de madera realizado en los talleres de carpintería de la entidad.