“Sin palabras”, dice una cajera; otra asegura que “esto es mucho peor que en las compras para Nochevieja”; y otra alza los ojos y suspira ante los carros llenos de comida y productos de higiene que pasan por su caja a lo largo del día.
Hay gente que espera la apertura del supermercado y en media hora se lleva todos los productos cárnicos frescos. Este sábado por la mañana, nada más abrir, había “300 personas” en esa sección en uno de los supermercados de Mercadona. “Parecía la A4 de Madrid”, cuando todo el mundo acelera para ir al trabajo, con los carritos. ‘Yo me choco, tú te chocas. ¡Esas alitas de pollo! ¡No, que esas son mías!”, resumen.

Mientras los supermercados se llenan, en las calles hay muy pocos viandantes. Parece un domingo por la mañana sin apenas nadie con la sensación compartida de que podría prolongarse este aletargamiento durante al menos quince días.

Bueno, también hay quien estima que lo mismo “esto dura hasta el verano” y son muchos los que reclaman medidas para hacer frente a los pagos que deben hacer las empresas. Por lo pronto, más del ochenta por ciento de los establecimientos de la Plaza Mayor estaban esta mañana cerrados. Apenas han abierto una tienda de ropa, varias cafeterías, el estanco y la tienda de café de Barrenengoa, ante la cual los propios clientes aguardan que les atiendan en fila india con una distancia de separación de un par de metros entre ellos.
Son clientes “de siempre” los que acuden a Barrenengoa, donde se han extremado las medidas de precaución, y donde se ha notado que se hacen los mismos pedidos, pero del doble o triple de cantidad. Si hay que estar más en casa, un “buen café” no puede faltar, piensan sus previsores ‘parroquianos’.

Termómetros
Un artículo cuyas ventas se han disparado en las farmacias es el termómetro. Puede que porque no se usaba mucho, no funcionaba el que se tenía en casa o porque no se contaba con él, se ha convertido en uno de los productos más demandados. En la farmacia de Elena Mateos, “los de frente que no necesitan contacto están agotados y no encontramos más”. Se suman a la lista de los “más buscados”, en la que están las mascarillas, que se agotaron en esta farmacia hace un mes; “los geles, que nos lo mandan a cuentagotas aunque sí que vemos algo”; los alcoholes, que se les terminaron esta semana; y las cajas de guantes con las que no cuentan desde hace «un par de semanas».
“Hay tal histeria que están comprando lo que no deben”, ya que es comprensible la compra de gel desinfectante, pero no, por ejemplo, lo de las mascarillas ya que “se las llevan y los que las necesitan realmente se quedan sin ellas”, indica Mateos, que considera que, “hasta que salgamos de ésta”, no habrá un abastecimiento para todo el mundo, “porque lo que fabriquen los laboratorios supongo que irá para hospitales”.

La mejor alternativa a los geles hidroalcohólicos es lavarse las manos “con agua y jabón” e ir por la calle “intentando no tocar en general nada”, resalta Mateos, al igual que la también farmacéutica Sonia Costa, que indica que las farmacias no pueden elaborar estos geles con fórmulas magistrales porque también se han agotado los productos con los que se preparan, entre ellos, la glicerina y el alcohol.
La venta de analgésicos y antiinflamatorios también ha subido, así como los botiquines para casa, aprecia Costa, que relata que a lo largo de la semana, conforme se iba avanzando en la toma de decisiones por parte del Gobierno, “se ha ido viendo” cómo la preocupación iba creciendo en la gente.

Diversas inquietudes
Indigna a ciudadanos consultados que en algunos establecimientos que cuentan con mascarillas o alcohol cuesten hasta tres veces más que antes, inquieta que “seamos capaces de estar en casa tanto tiempo” sin “subirnos por las paredes”, se esgrimen propuestas como que deberían regularse las salidas a comprar por zonas y en los supermercados se recomienda no dejarse llevar por el afán de acaparar porque “hay género para todos” y el problema surge cuando “en vez de llevarse un paquete de guantes se llevan diez” o en lugar de comprar un desifectante de manos “arramplan con todo lo que pillan”.