Cáritas Diocesana de Ciudad Real ha presentado el Día de la Caridad, con motivo de la próxima festividad del Corpus Christi para el 2024 este viernes en el Obispado de Ciudad Real. El obispo de la Diócesis, Geraldo Melgar, ha presidido el acto junto a la directora de Cáritas en Ciudad Real, Concha Aranguren, y el secretario diocesano, Ángel Ruiz Moyano.
El obispo de la Diócesis de Ciudad Real, Geraldo Melgar, ha señalado que Cáritas no es realmente una ONG, sino que es «la caridad de los cristianos y de la Iglesia analizada a través de Cáritas». Asimismo, Melgar ha afirmado que la caridad es una de las tres acciones fundamentales de la Iglesia: la caridad, el anuncio de Jesucristo y los sacramentos. El obispo se ha retrotraído a los cristianos primitivos y a los apóstoles, «donde nadie tenía más que nadie y se ayudaba a los más necesitados».

Además, ha afirmado que «los pobres no tienen nombres, apellidos, ni lugar de procedencia, porque en la Iglesia y en Cáritas tienen todos cabida» y ha comentado que «los pobres han cambiado, ya que existen nuevas pobrezas, de gente con trabajo, familias, etc.». Se ha referido a que, con ayuda y compañía, hay que «llevarles de nuevo la esperanza con alguien que les extienda la mano para salir de a esa situación». El lema de Cáritas tiene todo su significado «porque responde perfectamente a todo lo que es Cáritas y allá donde se hace presente». Ha añadido que este año cumple 60 años en Ciudad Real.
La historia de Cáritas y Alina
Concha Aranguren, directora de Cáritas Diocesana de Ciudad Real, ha comenzado su intervención leyendo una carta de una inmigrante llamada Alina, una joven que llegó a España hace dos años junto con compatriotas en busca de un futuro mejor. Sin embargo, sus sueños se vieron truncados al agotar sus ahorros y no poder mantenerse con trabajos esporádicos. Desesperada y sin ayuda de la administración, Alina se encontraba dando tumbos por diferentes ciudades hasta llegar a Ciudad Real.
En Cáritas, Alina expuso su situación y se sintió escuchada y apoyada. Le explicaron el proceso de trabajo que seguirían con ella, brindándole una ayuda integral a través de diferentes programas para ayudarla a salir adelante. Desde el programa de migraciones, le indicaron los pasos a seguir para regularizar su situación en España, siendo el arraigo de formación la mejor opción para ella en ese momento.

Además, desde el programa de empleo de Cáritas identificaron los puntos fuertes de Alina y la orientaron hacia una formación que le permitiera tener una salida laboral, ha comentado Aranguren. Mientras esperaba la respuesta de extranjería, en la Cáritas parroquial le ofrecieron la oportunidad de participar en un taller. Allí encontró un grupo de mujeres en situaciones similares a la suya, lo que le brindó un sentido de pertenencia y apoyo. Comenzó a sentirse arropada y comprendida, encontrando en Cáritas un lugar donde reconstruir su vida y recuperar la esperanza en un futuro mejor, ha relatado la directora diocesana.
Aranguren ha señalado que esta historia refleja los valores de Cáritas, «porque aquí sabemos que se puede recalcular la ruta de mil maneras estando al lado de aquellos que más lo necesitan». Ha señalado que para lograr eso, lo más importante es «regalar amor, que no es otra cosa que regalar escucha, compañía, caridad y otros tantos valores que queremos transmitir desde la eucaristía».
Los números de Cáritas en Ciudad Real
Ángel Ruiz Moyano ha querido hablar sobre la situación de vulnerabilidad de muchas personas en la región: «Por desgracia actualmente, tener trabajo no significa escapar de la pobreza, ahora hay pobres con trabajo». Durante el año 2023, se atendieron a un total de 588 personas a través del programa de empleo y economía social. De estas, 110 lograron incorporarse al mercado laboral, lo que representa un avance significativo en la inserción laboral de colectivos en riesgo.
En el informe que ha facilitado Cáritas Diocesana de Ciudad Real, se destaca el impulso experimentado por la empresa de inserción «Reiniciar Alternativas Solidarias S.L.», con 143 contenedores instalados en 35 localidades y 20 puntos de recogida de ropa sin contenedor. Este esfuerzo se tradujo en un incremento notable en la recogida de ropa, alcanzando un total de 866.795 Kg en el último año. Además, la empresa generó 8 puestos de trabajo de inserción, contribuyendo así a la creación de empleo en la comunidad.

Respecto a la atención a personas en proceso de regularización administrativa, se ha observado un aumento en la demanda de información, ayuda y acompañamiento por parte de aquellos que aún no disponían de permiso de trabajo. Cáritas se ha posicionado como un apoyo fundamental en este proceso, brindando orientación y asistencia a quienes buscan regularizar su situación y acceder al mercado laboral de forma legal.
Por otro lado, Ruiz Moyano ha resaltado la labor del Programa de Cooperación Fraterna, que busca sensibilizar a la sociedad sobre las realidades de aquellos que sufren injusticias en todo el mundo. Este enfoque global refleja el compromiso de Cáritas en extender su ayuda más allá de las fronteras locales, y responde al llamamiento de la Iglesia a solidarizarse con los más necesitados en cualquier lugar.
Los datos presentados evidencian «el impacto positivo de las acciones de Cáritas en la comunidad de Ciudad Real», ha señalado Ruiz Moyano, tanto en términos de inserción laboral como de apoyo a personas en situación de vulnerabilidad. La labor «integral y comprometida» de la organización se refleja en los resultados concretos obtenidos a lo largo del año, ha comentado, que reafirman su misión de brindar un camino de esperanza y apoyo a quienes más lo necesitan.