PREGUNTA.- ¿Cómo se encuentra la confianza empresarial en la provincia ante el momento económico actual?
RESPUESTA.- La confianza empresarial es muy frágil. Nuestra gente en un 80 por ciento son pymes, micropymes y autónomos que están peleando día a día por lo suyo. No son grandes empresas que tienen grandes colchones. Son personas que se juegan el pellejo día a día y para jugarte el pellejo día a día tienes que ser muy cauto. Antes de contratar una persona, ampliar el negocio, tienes que pensártelo muy mucho. Ahora estamos en un período de desaceleración. Ha hecho mucho daño este período electoral que se ha alargado, aunque es cierto que en Castilla-La Mancha, si no es una isla, la mayoría absoluta nos ha llevado a tiempos pasados en los que el empresariado estaba bien con un Partido Socialista que creía en el empresariado. Pero no se puede hacer todo a nivel regional, el ámbito nacional es importante, estamos en un país donde hay problemas serios y eso hace que la gente se retraiga. La gente está expectante, temas como la subida del SMI, esa contrarreforma laboral que se quiere hacer, a la gente le preocupa.
P.- En los últimos días han aparecido datos económicos negativos para la provincia dentro de ese contexto general. Menos empresas creadas el año pasado, previsiones de menos PIB con respecto a la media nacional… ¿Estos datos cómo se analizan desde los empresarios?
R.- Esto nos recuerda a épocas pasadas y nos da mucho miedo. Cuando el PIB crece por debajo del 2 por ciento, en España no se generan puestos de trabajo. Se generan porque, por desgracia, no todos hacen las cosas bien y hay contrataciones que no se tienen que hacer, Las mínimas, las menos. Eso también pasa cuando subimos el SMI y empujamos a la gente a ello. Hay que ser muy cuidadoso con las medidas que se toman, porque, cuando hablas con las centrales sindicales, me pasa igual que cuando voy a CEOE. Todo en términos de macroeconomía y en nuestros pueblos tenemos problemas puntuales y si queremos que la gente no salga de los pueblos no podemos tomar medidas que echen a la gente de los pueblos.
P.- El hecho de que la última subida del SMI se haya aprobado de acuerdo con sindicatos y empresarios no cambia nadada en su opinión sobre estas consecuencias…
R.- Sí cambia, porque nosotros tenemos un convencimiento total y absoluto de que la negociación colectiva es la que va a llevar a tener unos salarios dignos para los trabajadores sin que haga daño a las empresas. Desde Fecir no nos vamos nunca a levantar de ninguna mesa hasta que no lleguemos a un acuerdo, pero, ojo, que para llegar a un acuerdo hay que adaptarse a cada uno de los sectores. En todo caso, a mí me da que esta negociación última ha estado un poco forzada. Si estamos con una ministra que ya ha dicho que va a subir el SMI y estamos con un Gobierno que va a atacar la reforma laboral, he visto al presidente de la CEOE un poco como cuando el abrazo de Sánchez e Iglesias cuando anunciaron el pacto, que parecía que era el segundo el que apretaba al primero. Lo que ha hecho nuestro presidente en CEOE es coger lo menos malo.
Dura negociando
P.- Hace unos días, CCOO daba a conocer que la media de subida en convenios el año pasado en la provincia fue del 1,9 por ciento, por debajo del 2 por ciento acordado a nivel nacional entre sindicatos y patronal. Fecir tiene fama de que es una patronal dura a la hora de negociar, no sé si esta es la razón de esa subida menor…
R.- Yo me remito a las declaraciones del presidente de la Diputación, del presidente Page, de la consejera de Economía cuando dicen que Ciudad Real es una de las provincias donde hay más paz social. Claro que es más baja la subida, pero porque, por desgracia, nuestras empresas tienen precios más bajos y costes más altos que empresas de otras provincias. Si estuviéramos al nivel de Madrid tendríamos salarios más altos y en eso estamos trabajando, para que Ciudad Real llegue al nivel de Madrid. En todo caso, esa negociación colectiva no la ha hecho solo Fecir, en esos convenios han estado sindicatos y empresarios. La gente de los sindicatos conoce los sectores y sabe perfectamente lo que es Ciudad Real y que no es lo mismo tener un taller en Alhambra que tener un taller en la M-40. Hay un nivel de vida distinto.
P.- Su opinión, evidentemente, es distinta…
R.- Yo tengo una visión diferente. Yo conozco a los secretarios provinciales de los dos sindicatos y cada uno defendemos lo nuestro. Cuando las cosas se han encallado en algún sitio, hemos hablado para que se desencallen. Estamos condenados a entendernos, porque, a la vez, yo tengo que entenderme con mis trabajadores, que son el principal activo de mi empresa. Si me tengo que llevar bien con mis trabajadores, no me puedo llevar mal con sus representantes, sería contraproducente.
P.- El mismo sindicato hablaba de una temporalidad en la contratación del 95 por ciento del total. Eso es una locura o responde a la propia estructura de la economía provincial…
R.- Es fruto de la propia estructura económica que tenemos en la provincia de Ciudad Real. Si en los negocios no hay seguridad, si tú no sabes que dentro de un año vas a necesitar a ese trabajador, no puedes contratarlo fijo. La mayor garantía en la continuidad de un puesto de trabajo es lo que cuesta formarlo y las relaciones personales que se crean con él por el propio empresario que está a su lado. Si no se hacen contratos a largo plazo es porque no se tiene seguridad de que el negocio vaya a crecer de esa manera. Son más las circunstancias y no hay que olvidar que los contratos temporales conllevan también un coste, cuando se despide, cuando hay que volver a contratar. Luego está la posibilidad de perder a un trabajador al que has formado. Si no hay más contrataciones fijas es porque no se puede.
P.- Esa alta temporalidad también va unida a una economía basada en campañas, agrarias, de comercio, terrazas de verano, etc, con industria localizada en pocos sitios. ¿Hay alguna posibilidad de cambiar esto?
R- Hay posibilidad. Lo que pasa es que visto el cariz del Gobierno y hacia dónde se van a ir las inversiones -algún político de la región me ha mostrado su miedo a esto-, inversiones a Castilla-La Mancha van a venir las mínimas. Somos una provincia agrícola y vinatera, por supuesto, pero somos una provincia eminentemente logística y tenemos que desarrollar núcleos logísticos. Tenemos unas posibilidades de crecimiento importantes y creo que infraestructuras como el aeropuerto, el intercambiador de Alcázar de San Juan, en el que debemos confiar mucho más, los parkings seguros que quiere hacer el Gobierno regional deben de ser importantes. Ciudad Real cuenta con empresas de transporte de gran nivel y empresas logísticas que podrían crecer y acabar con esa, entre comillas, “estacionalidad”, aunque el sector del vino no esté tan estacionario, porque tiene actividad todo el año. Al sector agrario hay que echarle una mano para que esa estacionalidad que viene del campo se transforme en una industria primaria más de transformación.
P.- También el nuevo Gobierno ha decidido volver a impedir que haya despidos por periodos más o menos largos de bajas justificadas por enfermedad. ¿Qué opina de esto?
R.- En negocios pequeños, cuando hay una baja continuada por enfermedad, justificada o no, se recarga el trabajo de los otros compañeros. Si se contrata a otra persona es un coste más para la empresa, que puede acabar con el resto de puestos de trabajo. No estamos hablando de una fábrica de 30.000 trabajadores, donde la falta de uno no supone nada. Hablamos de lo que ocurre en empresas de 2, 3, 5 trabajadores, donde una baja reiterada puede afectar a la viabilidad de la empresa y, cuanto menos, a la carga de trabajo del resto. Creo que hay que analizar caso por caso y darle posibilidad a las mutuas de que pudieran dar altas y bajas, intentar recuperar antes a los trabajadores cuanto tienen un problema, porque nos vamos a la Seguridad Social y está sobrecargada y la mutua, que pertenece a todos los empresarios y las empresas, con parte del dinero que todos cotizamos con nuestra nómina, debe incidir más para evitar esas bajas continuadas que nadie quiere. Hemos llevado el debate al extremo, porque interesa. Creo que se pueden hacer cosas para evitar que esas bajas se extiendan más de lo que debieran y no tendrían tanto coste para las empresas.