Como cada 1 de noviembre los ciudarrealeños han cumplido con la tradición (al igual que miles de españoles) y han celebrado el Día de Todos los Santos con la visita a las tumbas de sus familiares en el cementerio donde han colocado flores y han tenido un sentido recuerdo.
A lo largo de toda la jornada, sobre todo por la mañana, el camposanto municipal ha registrado un gran trasiego de familias que han querido hacer un homenaje a sus fallecidos con oraciones o con la visita de los nuevos vástagos nacidos recientemente.
Así, han podido verse a personas mayores, jóvenes y parejas con niños y bebés, que no se han olvidado de sus padres, hermanos, tíos o amigos en un día en que el calendario español lo marca como festivo.
El cementerio ha recogido distintas estampas, unas más alegres, con el recuerdo vivo del familiar fallecido, adornado por los colores de las flores y el saludo a otros allegados, y otras más tristes, con llantos y tensos silencios, por la muerte reciente o las dramáticas circunstancias que rodearon el deceso.
Las flores más presentes en el cementerio ciudarrealeño han sido crisantemos, en homenaje a la memoria de los que ya no están, los claveles rojos y blancos, que representan respeto u honestidad, gladiolos, relacionados con el sentimiento de la pérdida, o las rosas rojas, como las que lucía en el mausoleo colectivo donde descansan los restos de los represaliados, y que han sido recordados por el PSOE, con más sentido de pasión y amistad.
La celebración es una tradición muy marcada en España, ¿pero de dónde vienen sus orígenes?
Procede del Cristianismo, y se debe a que la Iglesia Católica considera ‘santo’ a la persona que ha llegado al cielo, aunque el homenaje empezó en el siglo II para honrar y venerar a los mártires. Tampoco tiene que ver con el día de los difuntos, que se celebra el 2 de noviembre, y que se dedica a rezar a quienes han fallecido para purificar las faltas que hayan podido cometer en vida.
Precisamente, el Día de Todos los Santos centra la carta dominical del obispo de la Diócesis de Ciudad Real, Gerardo Melgar, para el próximo 3 de noviembre, en la que recoge las palabras del Papa Francisco para celebramos a “los ‘santos de al lado’”.
Se refiere a “tantas personas que vivieron cerca de nosotros, en la casa de al lado, … personas ordinarias, nuestros vecinos, que no hicieron ni grandes milagros, ni fueron unos ‘fuera de serie’, sino buenos creyentes…”, y que además “se esforzaron en quitar toda crítica destructiva y supieron escuchar y que se volcaban cuando se encontraban en la calle con alguien vulnerable”.
Melgar también ve ‘santos de al lado’ a “los más cercanos, los de nuestra propia casa, los de nuestras propias familias: nuestros abuelos, nuestros padres”, cuya “acción en nosotros siempre es un modelo y un testimonio de fe”.
“De ellos aprendimos a ser personas honradas, sinceras, respetuosas con los demás, que compartían lo que tenían con los más necesitados, que acogían a quienes los buscaban para hablar con ellos”, señala Melgar en la carta que se trasladará este domingo a las parroquias ciudarrealeñas.