Las heladas nocturnas están a la vuelta de la esquina y, este año, al invierno se le añade la problemática generada por la pandemia del COVID-19 y su consecuente toque de queda. Por ello, el Ayuntamiento de Ciudad Real, para garantizar a los ‘sintecho’ un lugar caliente durante las noches invernales y evitar que éstos pernocten en la calle durante el toque de queda, ha ampliado su plan contra el frío con el objetivo de llegar a más personas que viven en la calle.
En declaraciones a Lanza, la concejala de Acción Social del Ayuntamiento de Ciudad Real, Matilde Hinojosa, ha recordado que la restricción de la movilidad de 00:00 a 6:00 horas “no es igual que el confinamiento domiciliario que se produjo en marzo” y, por ello, el Ayuntamiento no va a habilitar espacios para que los ‘sintecho’ eviten estar en la calle las 24 horas del día. No obstante, ha indicado que han visto preciso ampliar el plan contra el frío para poder albergar a más personas y no descarta, que en función de cómo evolucione la pandemia, se puedan tomar medidas como las que se llevaron a cabo en marzo, abril y mayo, cuando habilitaron espacios municipales para albergar a estas personas.
Hinojosa ha señalado que el plan contra el frío se activa todas las noches en las que hay previsión que las temperaturas sean inferiores a 5ºC o cuando las condiciones climatológicas sean adversas. Cuando se producen algunas de estas dos circunstancias, Policía Local, Protección Civil, Cruz Roja y Cáritas activan el protocolo y tratan de atender a todos los ‘sintecho’ que hay en la capital.
Normalmente, todas estas personas que querían pasar la noche resguardados del frío lo venían haciendo en el albergue Jericó de Cáritas. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 ha hecho que este albergue limite sus plazas y solo admita a dos personas del plan contra el frío del Ayuntamiento. Por ello, desde Acción Social han ideado añadir más plazas en un establecimiento hotelero de la capital.
Además, este año, con motivo de la pandemia, miembros de Protección Civil acompañarán a los voluntarios de Cruz Roja, que reparten comida caliente a las personas sin hogar, para comprobar el estado de salud de éstos. Se les medirá la temperatura, además de conocer si sufren algún síntoma relacionado con el COVID-19.
