El joven reportero belga Tintín, su perro Milú y sus amigos el capitán Haddock y el profesor Tornasol han hecho viajar a generaciones enteras desde el periodo de entreguerras con sus fascinantes aventuras por los cinco continentes, desde la tumba de un faraón a un fumadero de opio de Shanghái, guiados por la pluma de Hergé. La adrenalina también ha sido esencia de El Capitán Trueno, la historieta de aventuras del guionista Víctor Mora Pujadas y el dibujante Miguel Ambrosio Zaragoza, la más exitosa del cómic español, que hizo suya la lucha por la justicia y la liberación de los oprimidos.
Y, cómo no, las viñetas de los desastrosos detectives Mortadelo y Filemón de Francisco Ibáñez han asegurado la carcajada en España desde 1958 con sus constantes percances, explosiones, aplastamientos y caídas de vértigo. El cómic ha formado parte de la sociedad, que ha buscado entretenimiento, peripecias y diversión en viñetas, ilustraciones, bocadillos y onomatopeyas, pero no sólo ha sido cosa de estos entrañables personajes, ni tampoco es lugar único para el superhéroe y el manga.
Cómic social, “grapas” de superhéroes, series históricas, manga shojo -para chicas- y shonen -para chicos-, novelas gráficas, tebeos infantiles o fascículos de tendencias góticas. La industria internacional de la viñeta es para perderse y un buen lugar para hacerlo es la comicteca de la Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real, “la mejor de toda Castilla-La Mancha”, con más de 7.000 ejemplares.
El experto Agustín Rodríguez, que recaló en 2005 en la antigua biblioteca de la calle Prado cuando los tebeos sólo ocupaban apenas unas estanterías, habla de las curiosidades de esta joven y muy rica colección de la que ha sido uno de sus más fervientes impulsores. “En esta comicteca es imposible que un ciudadano llegue y no sea capaz de encontrar un ejemplar que le guste”, afirma en esta semana en la que Ciudad Real es el centro de ilustradores e historietistas por la celebración del IV Salón del Cómic de Castilla-La Mancha, ManchaCómic.
El cómic camina a una ilustración cada vez más cuidada
Nacido en Angulema (Francia), conocida por ser la “capital del cómic europeo”, y fascinado desde que tenía siete años por la capacidad de la viñeta para contar historias tras andar por el Festival Internacional de la Historieta, Agustín Rodríguez reivindica el cómic como “noveno arte”, una expresión artística “con sus propias características y plural”, que es diversa, que llega a tocar todos los temas, que va más allá de la comunidad “friki” y que hoy en día mueve masas en el mundo.
Las editoriales estadounidenses Marvel y DC son iconos universales como Spiderman y Batman, y la industria japonesa, que es la que más préstamos consigue en la biblioteca de Ciudad Real, son verdaderos gigantes, aunque la producción de viñetas no queda ahí y su evolución hacia la novela gráfica con ilustradores de fama internacional es impresionante.
El dibujo rápido y efectista ya no representa necesariamente el cómic: las editoriales llegan a trabajar durante años en algunos volúmenes, la documentación de historias es profunda y muy rigurosa, las series con diferentes dibujantes aseguran un salto de calidad y las viñetas pintadas con técnicas nobles han llegado incluso hasta las principales galerías de arte.
‘Maus: relato de un superviviente’ y el premio Pulitzer
Títulos americanos marcan los primeros pasos de Agustín Rodríguez por la comicteca de Ciudad Real. Junto a Superman y X-Men, el experto apunta una de las grandes obras del cómic social: ‘Maus: relato de un superviviente’, primera novela gráfica que consiguió ganar un premio Pulitzer, del historietista estadounidense Art Spiegelman. Está basada en la experiencia de su padre, judío polaco y superviviente del Holocausto nazi, y en ella, los seres humanos están representados por animales, los judíos son ratones, los alemanes son gatos y los polacos no judíos son cerdos.
El bibliotecario también alude a ‘The walking dead’ -Los muertos andantes-, historieta en blanco y negro creada por el escritor Robert Kirkman y el dibujante Tony Moore, reemplazado después por Charlie Adlard, convertida hoy en una popular serie de televisión y que es una de las más prestadas en la biblioteca de la capital.
El cómic histórico y social domina en Europa
Frente a la identificación del cómic americano como “juvenil”, el europeo es todo lo contrario. Agustín Rodríguez señala que “el cómic de la escuela franco-belga es más literario, casi como una novela, toca temas sociales e históricos, muy parecidos a la narrativa, y está dirigido a adultos, es más intelectual”.
‘Las águilas de Roma’, de Enrico Marini, sobresale en este sentido, “una serie centrada en la época romana, muy estudiada y documentada, literaria y realista”. Al pasar por el continente, Rodríguez no puede obviar a Alan Moore, guionista de “obras de culto” como ‘Watchmen’ y ‘V de Vendetta’.
Ahora bien, Europa también produce humor de la mano de autores como Jesús Antonio Martínez con ‘Epichode’ y ‘El señor de los panchitos’, que parodian las sagas ‘Star wars’ y ‘El señor de los anillos’.
España no sólo es el terreno de El Capitán Trueno
En España no sólo existe El Capitán Trueno y poco tiene que ver con él ‘Blacksad’, el cómic “negro” de Juanjo Guarnido sobre un gato antropomorfo, que es éxito de ventas en Europa y que ha conseguido numerosos premios; o con ‘Arrugas’, del historietista Paco Roca, que trata el alzhéimer. Entre las curiosidades del cómic español, Rodríguez también alude a los nuevos creadores, como la ilustradora valenciana Victoria Francés con un estilo gótico.
Muy diferente es El Eternauta en Hispanoamérica, del guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano, una metaficción inspirada en la dictadura argentina; además de la conocidísima Mafalda, tira de prensa argentina del humorista gráfico Quino, “que demuestra que el cómic también puede tener carga política y social”, y que es un exponente más “en la defensa de la democracia y los derechos sociales”.
Los jóvenes muestran su fascinación por el manga
Junto a obras sobre la historia del cómic, libros de ilustraciones, videojuegos y animación, por último está el manga, “el cómic que atrae en la actualidad a más jóvenes”, quizás por la transición que representa entre la literatura infantil y la puramente adulta, y por su inmediatez, “cada capítulo dura menos de 5 minutos, lo que tardan los japoneses en viajar de una estación a otra”.
Esta sección, que es “totalmente nueva”, es la más presente en la biblioteca, junto al cómic americano, “con el fin de cumplir con las expectativas mayoritarias de los usuarios”, que todos los meses cuentan con novedades. Naruto, escrito e ilustrado por Masashi Kishimoto, o Dragon Ball, de Akira Toriyama, se llevan la palma entre chicos y chicas, pues aunque el cómic japonés está dividido por sexos, en España no ocurre esta diferenciación.
En este mundo globalizado, el sector del cómic experimenta cambios, y pese a que el europeo sigue con sus “líneas maestras”, el americano sobre todo ha empezado a actualizarse. Agustín Rodríguez expresa que las editoriales “empiezan a publicar cada vez más novelas gráficas”, en las que la ilustración es muy importante, “cada viñeta es un cuadro”; y comienzan a notar la mezcla de estilos. De esta forma, “autores que han crecido con el manga, ahora dibujan superhéroes al estilo japonés”, y al revés, Jiro Taniguchi “hace poesía pura, sin casi diálogo”, en ‘El caminante’.
El bibliotecario admite que “el cómic cada vez es más cercano a la pintura, los aficionados cuelgan páginas en sus paredes y el Guggenheim de Nueva York dedica exposiciones a este arte”; aunque advierte que “la ilustración no define la calidad del cómic” y hay grandes referencias en este sentido, como ‘El bueno de Cuttlas’ del zaragozano Calpurnio, que dibuja a las personas con apenas unas líneas.
La comicteca de Ciudad Real pasa el examen de los usuarios
Responsable del Club de Lectura de Cómic de la biblioteca y de los cursos ofertados a los bibliotecarios de toda la red de Castilla-La Mancha, Agustín Rodríguez comenta que “el lector del cómic sabe lo que quiere, es muy selectivo y entiende mucho del tema”, por lo que la comicteca de Ciudad Real ha tenido que incluir “muchos ejemplares especializados” y “grandes obras maestras” para pasar el examen.
“Como biblioteca tenemos que asegurar que el usuario encuentra los cómics que espera”, señala el experto, y lo ha conseguido, en parte por el especial interés puesto por la dirección y por el empujón que dio la Junta hace nueve años cuando Ciudad Real acogió la feria del libro regional.
Con 11.622 préstamos realizados en 2016, la colección de Ciudad Real trasciende de las fronteras de la capital, como “una de las mejores de España” por cantidad y calidad, y entre sus retos está crear una red de bibliotecas de toda la región para promover espacios de encuentro e intercambio con otras, como la Comicteca de la Biblioteca Regional de Murcia, que con alrededor de 25.000 ejemplares es un referente.