Ciudad Real ha despedido este sábado en un funeral e inhumación en la catedral al obispo emérito Antonio Algora, fallecido recién cumplidos los 80 años (su cumpleaños fue el 2 de octubre) por coronavirus en la UCI de un hospital de Madrid, donde residía desde que dejó el obispado.
Un grupo reducido de unas doscientas personas, entre familiares y autoridades civiles y eclesiásticas, han asistido a una ceremonia limitada a algo menos del aforo permitido en el templo en estos momentos. El funeral se ha retransmitido por el canal de Youtube de la diócesis y su cuenta de Facebook, como se hace con ciertas solemnidades desde que se declaró la pandemia.
Enterrado en la “vía sacra” de la catedral
El actual obispo Gerardo Melgar, su sucesor en el cargo desde 2016, ha concelebrado la misa exequial en un ambiente más sobrio que el que despidió en 2019 al anterior obispo emérito Rafael Torija, el penúltimo prelado que se ha enterrado en la “vía sacra” (camino central hacía la comunión) de la catedral, un honor que se reserva a los obispos.
Algora, zaragozano de origen (La Vilueña, Zaragoza, 1940), fue obispo de Teruel y Albarracín antes de ponerse al frente de la Iglesia en Ciudad Real en el año 2003, con el título honorífico de Prior de las Órdenes Militares.
Misa diaria en Tetuán desde que se jubiló
En la provincia de Ciudad Real ejerció el obispado durante trece intensos años en los que visitó hasta las aldeas con menos habitantes. Se jubiló en 2016 y se afincó en el distrito obrero de Tetuán, en el que a diario celebraba misa en la parroquia de Santa María la Mayor y San Julián. Además continuó acompañando a las hermandades del trabajo, tal y como comenzó en sus primeros años de sacerdocio.
“El obispo de la justicia social”
“Fue el obispo de la justicia social”, ha destacado de su pontificado Gerardo Melgar, “un hombre activo y orante, sin zonas oscuras”, que pese a su jubilación no bajó su actividad. Su pérdida ha sido un mazazo para su familia y allegados, que habían albergado esperanzas de que superase el virus, por la mejoría en la última semana.
El propio Algora le comunicó a Melgar el 20 de septiembre su ingreso en el Hospital La Paz de Madrid. Al poco lo derivaron a la UCI, “estoy en manos de Dios, estoy dispuesto a aceptar lo que el Señor quiera de mí”, le dijo.
El primer obispo español que muere por el virus
Algora es el primer obispo español que muere por el Covid-19. En los veinticinco días que ha estado ingresado tuvo momentos que animaban a la esperanza en su recuperación, aunque pudiese ser un proceso lento. A principios de esta semana dio signos de recuperación porque la infección había remitido, hasta que el jueves 15 de octubre el equipo médico informó del fallo multiorgánico que ha derivado en su muerte.
Arzobispos de Madrid y Toledo
A las exequias de Algora han asistido los arzobispos de Madrid y Toledo, Carlos Osoro y Francisco Cerro, además los obispos de Albacete, Sigüenza-Guadalajara, Teruel y Albarracín y el obispo emérito de Segovia.
Las limitaciones sanitarias han reducido el aforo a catorce familiares y un número también limitado de autoridades civiles y representantes de instituciones. También se ha reducido la participación seglar y de sacerdotes a dos seglares por cada uno de los diez arciprestazgos de la diócesis, dos sacerdotes por arciprestazgo, y los arciprestes de las diócesis.
Autoridades civiles asistentes al funeral
El subdelegado de Defensa Juan del Hierro ha sido uno de los asistentes, además de la delegada provincial Carmen Olmedo en representación de la Junta, la alcaldesa de Ciudad Real Pilar Zamora, con los concejales de la Corporación Eva Masías, Ana Muñoz y Luis Juan.
Por la Diputación Provincial ha estado en el funeral el presidente José Manuel Caballero. Otros asistentes han sido la diputada y exalcaldesa de Ciudad Real Rosa Romero; el presidente del PP de Castilla-La Mancha y diputado regional Francisco Nuñez, el también diputado regional Miguel Ángel Rodríguez; el delegado de Sanidad Francisco José García y el rector honorario de la Universidad de Castilla-La Mancha Luis Arroyo.
Palabras de consuelo del obispo a la familia
El funeral de Algora no ha tenido capilla ardiente previa, como se suele hacer. El féretro ha llegado directamente de Madrid esta mañana a la catedral y lo ha recibido en la puerta el obispo, que ha saludado a los familiares con un “que nuestra oración se eleve ahora con confianza, para que pueda participar de la gloria eterna de los santos. Si un velo de tristeza envuelve nuestra alma, que nos consuele la esperanza de encontrarnos con él algún día en la comunión gozosa del reino eterno del Padre”.