Esther Almarcha Núñez-Herrador y Oscar Fernández Olalde, junto a la exposición de fotografías de Esteban Salas / Clara Manzano
‘Ciudad Real recobrado: fotografías de Esteban Salas’ es el nombre de la muestra fotográfica que hasta el próximo 4 de mayo permanecerá expuesta en el Antiguo Casino de Ciudad Real. Organizada por el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, a través del Fondo de Publicidad Salas, se trata de una mirada retrospectiva que recorre algunos de los espacios más singulares y evocadores de una ciudad, capital de provincias, que a pesar del paso del tiempo y la destrucción de una parte de su patrimonio arquitectónico, aún puede enseñar parte de su pasado gracias a la capacidad evocadora de la fotografía de Esteban Salas. Guiados por Esther Almarcha, Lanza ha realizado un recorrido por todos los rincones de la exposición para mostrárselos a sus lectores
A través de 42 imágenes, realizadas durante el periodo comprendido entre la década de los 50 y la de los 60, la muestra echa la vista atrás para dar a conocer cómo era la Ciudad Real del momento, una ciudad que estaba plagada de monumentos y edificios muy bellos y singulares, algunos de los cuales ya han desaparecido.

La exposición despertó un gran interés entre los ciudadanos durante su primer día abierta al público/ Clara Manzano
Esther Almarcha Núñez-Herrador, directora del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM), instituto de investigación vinculado a la Universidad de Castilla-La Mancha que ha sido el encargado de organizar la exposición, explica que las imágenes han sido extraídas del Fondo de Publicidad Salas, donado al Centro de Estudios de Castilla-La Mancha: “Se trata de un fondo riquísimo que tiene materiales de muchos tipos. A la hora de organizar esta exposición, hemos hecho una búsqueda de aquellas imágenes de Ciudad Real que casi no existen en la actualidad».
El título de la exposición es ya lo suficientemente atractivo y evocador como para despertar el interés por sí mismo entre los ciudadanos de Ciudad Real y su provincia: “Con el título ‘Ciudad Real recobrado’, nos planteamos que cada uno de los visitantes pudiesen recobrar una ciudad. El que la vivió durante aquella época, lo hará de una manera, mientras que aquellos que no pudieron vivirla, tratarán de identificar aquellos espacios que aparecen en las imágenes. Por su parte, la gente más joven, podrán ver cómo por aquella época Ciudad Real era otra”.

Varias personas contemplan la exposición / Clara Manzano
La muestra comienza por uno de los lugares más emblemáticos de Ciudad Real como es la Plaza del Pilar, con sus diferentes fachadas dentro de una horquilla temporal enmarcada en los años 50. Posteriormente, el espectador podrá recorrer otros espacios característicos de la capital para concluir en la parte exterior fuera de ronda. Así, podrá contemplar cómo era el encanto que emanaba en alguna de las calles más céntricas de la ciudad, como Ramón y Cajal, Feria, Ciruela, Postas, Toledo, General Aguilera y Lanza o bien sumergirse en auténticas joyas de la época como el Edificio Garaje Ford en la Ronda de Alarcos; el interior de la Iglesia de San Pedro; la Plaza de la Virgen de las Lágrimas; y el antiguo edificio del Seminario Diocesano, que por aquel entonces estaba en la calle Alarcos, para llegar hasta la Plaza Mayor y a una bella Plaza de Cervantes nevada.

El Antiguo Ayuntamiento con la Plaza Mayor de Ciudad Real / Clara Manzano
Buscar el elemento excepcional
La propia Esther Almarcha ha destacado como a la hora de seleccionar las fotografías que forman parte de esta exposición se ha buscado el “elemento excepcional”, optando por “poner todas las fotografías en blanco y negro, menos una que aparece en color”, queriendo con ello “hacer un guiño y dar otra apariencia de la ciudad”.
Debido a que muchos de los edificios que aparecen en las imágenes ya han desaparecido, desde el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha han optado por indicar la descripción de la calle en la que está situado o bien, poner la denominación del edificio que ha desaparecido.
La mayor parte de las fotografías que componen la exposición están extraídas de negativos, aunque también hay otras imágenes que han sido sacadas de positivos, al no disponer de los propios negativos. A este respecto, Almarcha aclara que los originales “son mucho más pequeños”, pero “pensábamos que a la hora de montar la exposición había que darles a las fotografías un tamaño más grande para que la gente pudiese conocer mejor todos los detalles que aparecen. Incluso puede que alguna persona se identifique paseando por alguna de las calles”.

Un momento del recorrido por la exposición / Clara Manzano
«El tiempo de trabajo es relativo»
Respecto al trabajo que ha llevado poner en marcha esta importante muestra, comenta que el tiempo es “relativo”, puesto que “hace más de un año recibimos este depósito, momento en el que hicimos un primer acercamiento para conocer el conjunto de los fondos”. En este sentido explica que en primera instancia decidieron “actuar sobre dos partes de estos fondos, como son los anuncios en papel y las fotografías del periodo en el que estuvo al frente Esteban Salas. Luego también hay una segunda fase en la que su hija Paloma Salas siguió al frente con la empresa, aunque esa parte todavía no la hemos tocado”.

Interior de la Iglesia de San Pedro / Clara Manzano
Precisamente esa primera aproximación al Fondo permitió la digitalización de todos los materiales para poder “meterlos en fundas y en cajas de preservación con el fin de que cuando un investigador o nosotros mismos tengamos que utilizarlos, podamos remitimos ya a la parte digital que hemos realizado, sin tener que tocar los originales”.

Una persona queriendo reflejar el momento / Clara Manzano
Desde su punto de vista, además de servir para dar a conocer la Ciudad Real de aquella época, la muestra recién inaugurada en el Antiguo Casino puede servir para “dar un toque de atención” respecto a la necesidad de preservar el patrimonio, señalando que esa llamada de atención no es solo para las administraciones, puesto que “muchas veces lo focalizamos en éstas, cuando en realidad la sociedad también se tiene que mover y rebelar ante muchas actuaciones con las que no estamos de acuerdo”.
Recuerda, a su vez, que la muestra ‘Ciudad Real recobrado’ está incluida en el trabajo del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, que es “un instituto de investigación, con líneas de investigación, y que recopila información para otros investigadores”, siendo la divulgación una parte muy importante del mismo: “Y esta exposición lo que busca es eso: divulgar una parte de nuestro fondo y de cómo era la ciudad, por lo que creo que la gente la va a disfrutar mucho”.

Detalle de la Plaza Cervantes / Clara Manzano
Cerca de 12.000 negativos fotográficos
El documentalista y comisario de la muestra, Óscar Fernández Olalde, explica que el archivo físico del que se han seleccionado las fotografías de la exposición, “consta de unos 12.000 negativos fotográficos y de cerca de 1.000 positivos y tarjetas postales”, indicando que la empresa Publicidad Salas era la encargada de “hacer las fotografías en negativo, y a partir de ahí, realizaba los positivos y publicaba tarjetas postales. A ello hay que unir todo el apartado de los diseños gráficos publicitarios, que son muy bonitos y están hechos a mano”.
A la hora de recopilar y de hacer la selección de las 42 imágenes que componen la muestra, Fernández explica que los negativos de los que se han sacado muchas de las fotografías se encuentran en un estado “fantástico”, al señalar que Esteban Salas, autor de las fotografías, y que en su día también trabajó para Lanza, “era muy minucioso. De hecho, todas sus películas estaban enrolladas en un papel y se encontraban perfectamente documentadas, con los datos y la fecha en la que se realizaron”.

La muestra permanecerá expuesta hasta el 4 de mayo / Clara Manzano
Para Óscar Fernández Olalde uno de los grandes problemas que pueden encontrarse a la hora de organizar y montar este tipo de exposiciones reside en poder datar las fotografías, al aclarar que “si el fotógrafo no es muy cuidadoso en este sentido, resulta muy complicado poder realizar la labor de datación, pues tienes que analizar bien las imágenes y saber, entre otras cuestiones, en qué año se construyó o se derribó un edificio para conocer el periodo al que pertenecen”.

Desde su punto de vista la mirada que muestra Esteban Salas en este conjunto de fotografías “no es una mirada artística, ya que él es un fotógrafo profesional que reflejaba la realidad del momento, sin darle un enfoque artístico concreto. Pero, de todo ese trabajo fotográfico puede sacarse una lectura social muy interesante, observando las vestimentas, los trajes y las costumbres de la época, y analizando cómo eran los comercios en aquellos años para ver la expansión económica a partir de los años 50 y 60”.
Coincidiendo con el año de su 80 aniversario, Lanza va a realizar un catálogo con las imágenes de la exposición para que perduren en el tiempo.
