Montse Palencia, nacida en Ciudad Real hace 48 años, es profesora de español en la Universidad de Pavía, en la región italiana de Lombardía, al norte del país, donde reside desde 1995.
Lombardía es una de las cinco regiones italiana que son epicentro del contagio del coronavirus en Italia. Pavía está situada al suroeste de Milán, a unos 35 kilómetros de distancia.
En el Hospital de Pavía, cuenta Palencia a Lanzadigital.com, se encuentra ingresado el llamado “paciente 1”, el hombre que asistía a numerosos eventos públicos, sobre todo deportivos, y que se considera que ha expandido el virus por la región.
La ciudad, señala, no está cerrada como otras 10 de las cinco regiones donde se han tomado medidas más drásticas para luchar contra el coronavirus, pero la vida en las calles sí se ha redudicdo en buena medida.
Se han suspendido las clases en la Universidad, se espera que puedan recuperarse el día 2 de marzo, se han suspendido clases en colegios e institutos y se han prohibido eventos deportivos, por ejemplo, y otros que conlleven concentración de personas.
El hospital de la ciudad, indica Montse Palencia, está prácticamente dedicado a atender a los enfermos del coronavirus, al igual que otro en Milán, con pacientes que vienen de otras poblaciones.
Este hecho ha afectado directamente a Palencia, paciente con otra patología y que tenía que ir a hacerse una prueba al hospital en próximas fechas y que ha sido avisada de que no lo haga hasta que vuelva a ser avisada.
Este hecho, al ser una persona con un riesgo más alto, la obliga a permanecer en casa, algo que, en todo caso, lleva con cierto sentido del humor, como se denota en el tono de sus respuestas a las preguntas de Lanzadigital.
Pavía, dice, no es una ciudad cerrada, hay gente por la calle, pero no en la misma proporción que antes de declararse el brote en la zona, que ha causado ya seis muertos y ha afectado a unas 230 personas.
La gente joven, su propia hija, señala, sí se mueve más, aunque la vida social en la población está restringida y pone como ejemplo que los bares están cerrando a las 18.30 horas.
Alimentos
Otro aspecto de la vida diaria que se ha modificado en la consecución de alimentos. Su propia hija le ha comunicado que los supermercados están arrasados. Ella misma ha intentado hacer la compra por Internet y le ha contestado que no podrán atenderla hasta el próximo sábado.
Las mascarillas, relata, están agotadas. “No sé si ya las habrán repuestos”, remarca. El pasado día 5 de este mes de febrero estuvo en Ciudad Real e intentó adquirir algunas.