Virginia C.L., la joven de Ciudad Real que asestó tres puñaladas a su expareja, Carlos Enrique G.P., en una visita al hijo que tienen en común, ha sido condenada a once años y tres meses de prisión por intento de asesinato con la agravante de parentesco.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Lanza, también impone una orden de alejamiento a menos de quinientos metros de su expareja, una vez cumplida la pena de prisión durante quince años, y establece una inhabilitación especial del ejercicio de la patria potestad sobre su hijo el tiempo que dure la condena de cárcel, en el que no podrá ni ver ni comunicarse con el menor.
Además se la condena en costas y que indemnice con 121.908 euros a Carlos Enrique, con graves secuelas sobre todo por la puñalada que sufrió en una mano que le impide trabajar como conductor profesional, su oficio antes de la agresión.
No le retiran la patria potestad
El fallo, de la sección segunda de la Audiencia Provincial, no supone la retirada completa de la patria potestad del hijo que tiene con el acusado, el origen del conflicto, tal y como solicitó el fiscal de Violencia sobre la Mujer en Ciudad Real y Castilla-La Mancha, Jesús Gil, en una solicitud inédita para una mujer en Ciudad Real por violencia doméstica.
“Mi cliente está satisfecho, cree que se ha hecho justicia, que los jueces han sido objetivos e imparciales, no se han sentido presionados por el entorno y porque en este caso la agresora sea una mujer”, explica el abogado Rafael Pérez Madridejos, que ejerció la acusación particular en representación de la víctima.
Minuciosa aplicación del Código Penal
“Han hecho una minuciosa aplicación del Código Penal, y la condena, aunque no es exacta a lo que solicitamos [pidieron quince años], está en los márgenes en los que podría discurrir en su grado máximo”.
El fallo, que se ha notificado esta mañana considera probadas las gravedad de las lesiones en base a los informes periciales, además del arma utilizada por la mujer y las circunstancias periféricas que rodean el asunto, “entre ellas que Virginia había recibido ese mismo día una demanda de medidas paternofiliales. Además se valoran otra circunstancias personales, como el hecho de que se sentía despechada por Carlos, que había roto la relación unos meses antes”, dice Pérez Madridejos.
Solo la agresión de ella
El abogado también valora que la denuncia inicial de ella por violencia de género se haya desestimado por completo, “pese a que se trata de una mujer con un bebé que ha recibido bastantes apoyos y nosotros somos un despacho pequeño que se ha enfrentado a un grande [el bufete Díaz de Mera], se ha hecho justicia. Mi patrocinado ha sido acusado de delitos terribles cuando no había más que la agresión de ella”.
En el barrio de Los Ángeles en 2018
El caso que ha dado pie a este atípico caso de violencia doméstica ocurrió el 6 de abril de 2018 en la vivienda de la acusada Virginia C.L., un bajo del barrio de Los Ángeles de Ciudad Real. El tribunal considera probado que a las 20.30 horas de ese día la expareja sentimental de la mujer, Carlos G.P., con el que había roto el 1 de febrero tras trece meses de convivencia, fue a visitar al hijo de pocos meses que tenía con la acusada.
Nada más entrar la mujer, de 29 años, le pidió al varón, de 39, que le cambiará el pañal al bebé que estaba echado en el sofá. Ella se fue a la cocina y salió con un cuchillo de grandes dimensiones con el que, sin tiempo a reaccionar, atacó a Carlos Enrique por la espalda, lo que le provocó una lesión pulmonar por la que podría haber muerto. Cuando se giró le dio dos cuchilladas más, una de ellas la que le ha destrozado los músculos de varios dedos, al agarrar el filo para que no siguiera agrediéndolo.
La sentencia todavía no es firme, se puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.